Suspenden a la Conchaya
De Perú.21:
Pleno del Congreso decidió aplicar la máxima sanción contra la legisladora y la suspendió por 120 días sin goce de haber, aprobando así el dictamen de la Comisión de Ética que encontró irregularidades en la contratación de su empleada doméstica como su asesora. (…)
La legisladora, cuya bancada marcó de inmediato distancia, afronta también una investigación en la Subcomisión de acusaciones constitucionales por haber contratado irregularmente a Jacqueline Simón, como su asesora de confianza, cuando no contaba con los requisitos mínimos.
Acá no termina la cosa. Esta ha sido la sanción «moral» de sus pares. Falta la acusación constitucional por los delitos de falsedad genérica, estafa y contra el patrimonio, que corre por una vía alterna. Lo más probable es que el Congreso la despoje de su inmunidad parlamentaria, la mande al Poder Judicial y, quizás, hasta podría desaforarla.
Apropiado final para un señora que tuvo la conchaya de acusar a sus denunciantes de «racismo«, una salida lamentablemente cada vez más socorrida por quienes -ante la falta de argumentos- encubren sus propias miserias haciéndose las víctimas.
Para citar una columna de Augusto Álvarez Rodrich:
En un país como el nuestro, en el que sin duda todavía prevalecen formas perversas de racismo, lo peor que puede ocurrir es que la lucha contra este mecanismo de discriminación se vea mellada por el hecho de que algunos supuestamente perjudicados por este mal, abusen del mismo usándolo como coartada para eludir responsabilidades. O, también, para alcanzar notoriedad o un trato especial
Como si el racismo y la discriminación no fueran taras fundamentales para el Perú, este tipo de gente que juega a la victimización sólo termina banalizando problemas terriblemente serios. ¡A la reja la Conchaya!