discriminación , Lima , noticias , politica viernes, 10 abril 2015

¿Son limeños los shipibos? ¿Si no lo son, no tienen derechos? Este analista plantea el insólito dilema

Por si no lo saben, la comunidad shipiba de Cantagallo, que vive en las márgenes del río Rímac, se encuentra en pie de lucha. La gestión de Patricia Juárez Castañeda desarmó el proyecto Río Verde, que contemplaba mejoras para ellos, y ha destinado el dinero de ese proyecto para armar un by pass que nadie necesita.

No sólo eso, sino que Castañeda, además, los confundió con los ashaninkas, demostrando que no conoce el Perú o no le importa nada el destino de estas personas. Ellos ya se reunieron con la teniente alcaldesa Juárez y han iniciado un diálogo que aún no los convence (después de todo, la insólita historia de esta comunidad está llena de falsas promesas).

Pero, para colmo, ahora se han planteado otra disyuntiva: ¿los shipibos son limeños de segunda categoría?

Según D'Medina, tienen que ser limeños. Foto: Perú.21

Según D’Medina, tienen que ser limeños. Foto: Perú.21

Pues bien, el señor economista Eugenio D’Medina (nombre legal), hincha de la actual gestión y caserito de varios programas periodísticos –donde irresponsablemente se le presenta como analista (especialmente en el mismo programa del incidente del Oso Santillana)–, nos ha partido la cabeza con esta serie de tuits que, francamente, demuestran la prepotencia de los sectores políticos en el poder:

Impresionante. Ojo: no nos quedemos en la obvia discriminación (por cierto, ¿cuánto tiempo lleva el chiclayano Castañeda viviendo en Lima? ¿cumple con los criterios del señor D’Medina?) que atenta contra los millones de migrantes que viven en nuestra ciudad.

Además, se plantea una falsa dicotomía (shipibos vs «limeños de verdad») porque, insistimos, nadie necesita el by-pass que va a construirse con el dinero del proyecto Río Verde. No existe ni un solo documento técnico ni estudio ni nada que avale la creación de esa obra. Los miembros de la comunidad shipiba de Lima son las víctimas colaterales de una proyecto cuyo único objetivo es una revancha política.

Pero, bueno, estos son los analistas que se pasean por los medios para defender la gestión de Castañeda. Perdón, C’stañeda.