noticias viernes, 21 junio 2019

ROCHE INTERNACIONAL: un estudio acaba de demostrar que los peruanos somos unas ratazas

Perú, no estamos enojados contigo solo estamos decepcionados aunque no sorprendidos. Pero para que entiendas por qué tenemos que contarte esto primero:

La honestidad peruana, representación gráfica. Foto: Captura/Latina

La honestidad peruana, representación gráfica. Foto: Captura/Latina

Un grupo de economistas llevó a cabo un experimento social en 355 ciudades de 40 países

Honestidad cívica alrededor del planeta es el título del estudio que ha sido publicado por la revista Science ayer.

Lo que el equipo de expertos hizo fue enviar falsos turistas —en realidad, colaboradores del estudio— a la recepción/portería de distintos edificios con atención al público (bancos, museos, centros culturales, hoteles, oficinas públicas, etc.) repitiendo este rollo:

Hola, me he encontrado esto [señalando a una cartera] en la calle al doblar la esquina. Alguien debió perderla. Yo tengo prisa y debo irme. ¿Podría usted encargarse, por favor?

En total se repartieron 17,303 carteras —la mitad con US$13.45 en moneda local, la otra mitad sin un centavo— en cientos de ciudades al rededor del mundo.

En su interior, todas las billeteras (transparentes, además) llevaban tarjetas de presentación del dueño ficticio —donde se leía su nombre, profesión y correo electrónico— además de una lista de compras en idioma local y una llave de casa.

Lo que se quería medir era cuántas de estas personas contactarían al dueño de la billetera para devolverla y si tener dinero dentro afectaba el resultado.

¿Y qué pasó?

Esto:

Tranquilo, ahorita te explicamos qué significa este cuadro. Foto: Science.siencemag.org

Tranqui, ahorita te explicamos qué significa este cuadro. Foto: Science.siencemag.org

Si bien los porcentajes de personas que reportaron la pérdida de la billetera a su supuesto dueño varía bastante de país en país, una constante se mantiene: si hay plata en la billetera, es más posible que se devuelva.

Christian Zünd, principal autor del estudio, explica estos resultados como producto de una combinación de altruismo y una aversión de las personas a verse como ladrones. De por sí, como precisa aquí El País, el resultado «contradice los modelos clásicos económicos que destacan el propio interés sobre el de los demás».

El estudio parece indicar que somos universalmente honestos.

Sin embargo, si se fijan en la tabla verán que —en contraste con los otros 38 países— solo Perú y México van contra ese patrón: tenemos más posibilidades de devolver una billetera vacía que una con dinero.

¿Qué podemos concluir de nuestra posición en la tabla?

Esta es la misma tabla, pero con porcentajes. Elaborada por AFP.

Esta es la misma tabla, pero con porcentajes. Elaborada por AFP.

Solo existe un 13% de probabilidad de que los peruanos devolvamos una billetera con dinero y esto se eleva a 14% si es que no lo tiene. Pero cuidado, la diferencia entre las cifras está tan cerca al margen de error que en realidad es como si no importara si tiene o no tiene plata (México, lo tuyo sí es más serio).

Pero por eso lo más palta no es que haya más probabilidades de que devolvamos una billetera vacía que una llena, sino lo bajos que de por sí estamos en la tabla. De ello se interpreta que tenemos una terrible apatía por actuar en beneficio de alguien más.

Por debajo de nosotros solo aparece Marruecos, que de hecho tiene un mejor índice de respuesta con billeteras que llevan dinero que nosotros, y China, en la que esto se repite.

¿Por qué eso es tan grave? Porque, como resalta el mismo estudio, es la confianza la que permite construir una comunidad política, es la goma que mantiene unida la sociedad. 

¿Hay una solución?

Para encontrar una respuesta conversamos con Fernando Calderón —sociólogo peruano y estudiante de doctorado en la Universidad de Toronto— quien además se encuentra trabajando en un artículo precisamente sobre confianza cívica. 

¿Y qué solución hay? Calderón nos apuntó en dirección del sociólogo estadounidense Eric Klinenbergautor del libro Palaces for the People— quien resalta la importancia de crear espacios urbanos compartidos para facilitar la conexión entre personas. 

«La idea es esa: el Perú tiene muy poca infraestructura social. Pocos espacios para encontrarte con gente distinta a ti», subraya Calderón. También remarca —en el caso de Norteamérica— lo que funcionó muy bien para integrar a la sociedad fueron las bibliotecas públicas.

Sobre eso, también nos menciona un caso cercano y de éxito en la región: las bibliotecas públicas de Medellín, Colombia, que funcionan también como centros de desarrollo comunitario y local, fortaleciendo así el tejido social.

Entonces, si eso de llevarnos a la OCDE todavía siguiendo una meta real, necesitamos resolver esto. ¿Aló, Vizcarra?

Diego Pereira

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