literatura , politica , sociedad lunes, 7 marzo 2016

Lo que aprendí de Vargas Llosa #VargasLlosa80

 

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Foto: Blog «Lapzera» de la Universidad del Pacífico.

Escribe: Joel Moreno

Gracias a Mario Vargas Llosa he podido entender mejor diferentes aspectos de la vida humana, tanto de la felicidad y lo sublime como del sufrimiento y la injusticia. Creo que es un intelectual comprometido y vigente, además de un gran novelista, y que hay mucho que nosotros, los jóvenes peruanos, podemos aprender de él para intentar hacer de este un país mas humano y libre para todos. En este post quisiera hacer una breve síntesis de todo lo que su trabajo (tanto literario como ensayístico y periodístico) ha significado para mi y, también, quisiera tocar algunas de las criticas injustas hacia él, casi siempre realizadas por fujimoristas que ocasionan que mucha gente se forme una imagen errónea de su persona.

Recuerdo con alegría la tarde en la que mi padre me dio su ejemplar de “El Pez en el Agua”, las memorias de Vargas Llosa. Era mi primer acercamiento al universo del Nobel y fue una experiencia muy emocionante. A las pocas paginas, a través de sus relatos, podía apreciar un exhaustivo análisis de la realidad nacional que se iba profundizando mientras avanzaba en la lectura. A partir de ahí me cautivaron su lucidez intelectual, las ideas que defendía y como las defendía, y sus dotes de escritor.

Gracias a él aprendí que la democracia consiste en el pluralismo y la tolerancia, y que los intercambios de ideas enriquecen la vida social y cultural. Pero también, que esta armonía radica precisamente en que nadie debe imponer su pensamiento a la fuerza, (sea religioso o político) que la democracia se degenera si esto ocurre y que precisamente existe para que el individuo elija como quiere vivir. Por esto es que debemos combatir sin miedo creencias peligrosas y casi bárbaras, como el nacionalismo y el fanatismo. También entendí la importancia de la autentica libertad para que la existencia sea plena, y que el estatismo y el colectivismo tienden a recortarla, a intentar destruir el espíritu critico y a corromper la totalidad de las instituciones.

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Foto: www.vanguardia.com

 

Siempre me ha parecido curioso y hasta hilarante que muchos digan “Vargas Llosa es un buen escritor, pero no sabe nada de política”, en primer lugar estoy seguro de que esas personas no han leído uno solo de sus libros, ya que la política y sus degeneraciones, las dictaduras y la corrupción (Como en “Conversación en la Catedral o “La Fiesta del Chivo”) están entre los temas principales de su obra, e incluso, cuando la Academia Sueca anunció el Nobel para el, lo distinguió “Por su cartografía de las estructuras del poder”. Del mismo modo cuando se le llama resentido por condenar la dictadura fujimorista o mostrarse en contra de la candidatura de Keiko Fujimori, ya que él siempre actúa de acuerdo a sus convicciones democráticas y habla con la verdad ¿O queda alguna duda de los grandes crímenes perpetrados durante la dictadura y la sombra de estos que envuelve a la candidatura de Keiko?.

Por Vargas Llosa descubrí la magia de la ficción literaria. La forma en la que él, como narrador, conversa con sus personajes, explorando en lo mas profundo de ellos y, al mismo tiempo, en el laberinto de la condición humana, me parece fascinante. Así pude entender que nada explica mejor el mundo y la vida que la literatura, ya que esta los analiza desde una perspectiva diferente, con mayor profundidad y haciendo hincapié en los hechos que mas importan y como dice el mismo Mario: “La lectura convierte el sueño en vida y la vida en sueño”. Además gracias a él me animé a entrar en otros mundos literarios inagotables, en sus artículos periodísticos descubrí a Borges y Cortázar y en magníficos ensayos suyos a García Márquez y Víctor Hugo.

Es por todo esto que Vargas Llosa es un peruano universal y nuestro mas insigne escritor, además de un pensador muy respetado a nivel mundial. Yo invito, a los que todavía no lo han hecho, a sumergirse en sus letras, y les garantizo que excederá sus expectativas. Y aunque se que es muy improbable que él lea este pequeño y humilde homenaje, no me queda mas que desearle un muy feliz cumpleaños y decirle: ¡Gracias por tanto, maestro!