Lee el pastrulo testimonio del ganador del concurso «Encuentra el porro» de Casciari
Me regalaron demasiado porro en Lima y mañana me vuelvo a Barcelona. Dejo la bolsa en el árbol que me indiquen.
— Hernán Casciari (@casciari) August 12, 2015
Se llama Paul Garavito. Sus amigos le dieron las coordenadas. Él llego desde La Molina. Tardó 49 segundos. pic.twitter.com/CRYtisRJ5w
— Hernán Casciari (@casciari) August 16, 2015
Escribir, escribir, qué puedo escribir
Escribe: Paul Garavito
En sí, no sé qué debería escribir. No solo quiero decir que no tengo ideas para esta columna (en verdad no lo quería decir), sino que pensar en las escuetas direcciones que recibí no ayuda.
Supongo que un poco de “inspiración” no me vendría mal. Sí cavsita, sabes a qué me refiero, no te hagas.
Como sea, supongo que debo darle mi agradecimiento a la página del chico de la polera verde, ya que sin ella no me hubiese enterado de tan divertido concurso (y a quien inconscientemente le hice tributo, por ahí están las fotos).
Secuencia: el lector que encontró el libro y el porro en Lima. Hace instantes. pic.twitter.com/RYQz2GhJj2
— Hernán Casciari (@casciari) August 16, 2015
Cómo llegué hasta Barranco, te preguntarás. Bueno, si bien había visto con días de anticipación la noticia del concurso, no fue sino el día anterior que me decidí a emprender la búsqueda. Sí cavsita vas necesitar paciencia pa’ leer. La cosa es que una vez decidido, tomé las medidas necesarias: me bajé twitter, creé una cuenta, puse mi alarma para la mañanita y me aseguré de que recibiera notificaciones de la aplicación que ni en pedo uso (y que ya borré, dicho sea de paso).
Si viste el post que pusieron en Orsai luego, te percatarás que dice dos cosas:
- Que vine de La Molina
- Que me mandaron las coordenadas
La Molina es grande y bien lejos. Creo que la referencia que les di no fue la indicada, cuando dije que venía del Jockey. Debí decirles que era Surco, no afirmar que estaba cerca de La Molina. Igual, cavsita, no jodas, está lejos, toma en cuenta que fui en bicicleta.
La segunda, qué puedo decir… Entre la emoción de haber ganado, la sorpresa de ser recibido y el miedo de que me caiga la PNP, me agarró la vergüenza de decirles a las chicas que me recibieron que me había creado Twitter solo para encontrar el premio. Sí, discúlpenme, tú también Casciari, te mereces un mejor ganador para tu libro.
¿Qué cómo llegué tan rápido? Estaba en bicicleta y a dos cuadras cuando recibí a las 6 la notificación en Twitter, vi las imágenes y me dirigí al punto que me parecía el más indicado. Una vez cerca de la zona vi a una de las encargadas, cuyos aires desentendidos de lo que pasaba por ahí me hicieron sospechar. Un rápido vistazo alrededor y un sobre metido entre unos arbustos, confiado me acerqué y así cavsita, me lo gané.
Pasé un rato con las encargadas, quienes me tomaron fotos, me hicieron preguntas y me invitaron de su chela. No se imaginaban que se llevarían tan pronto el premio. De ahí tuve el privilegio de hablar con Hernán por teléfono. Estábamos contentos.
Ah, pero por qué fui. Aquí no miento. Me pareció muy divertida la idea de ir a buscar un libro en mi ciudad. Sí cavsita, la hierba es un bonito plus, pero igual sin ella me hubiese ido a buscarlo. No todos los días sales a la calle a competir en una búsqueda del tesoro.