La Ley de Amnistía strikes back
Con el gabinete Simon ya no regresamos a los 80s, sino a los 90s. Y todo gracias al congresista aprista Edgar Núñez, cuyo único mérito en la vida ha consistido en su cameo en ese fiasco auspiciado por el Ejército, estrenado bajo el nombre de Vidas Paralelas. Este señor ha propuesto una Ley de Amnistía como la que Fujimori coordinó con los Colinas.
Vía Perú.21:
(Nuñez) precisó que la iniciativa está dirigida al personal subalterno de las Fuerzas Armadas y de la Policía que, pese a haber obedecido órdenes superiores, ha sido procesado judicialmente.
“Esta semana presentaremos el proyecto multipartidario. Estamos trabajando la iniciativa con mucho cuidado porque no queremos que sea argumento de algunos sectores de izquierda para que digan que se busca el olvido y la impunidad”, explicó.
Según Núñez, el proyecto de Ley de Amnistía podría beneficiar a 600 militares y policías de los más de 3 mil que actualmente se encuentran procesados en diferentes instancias del Poder Judicial.
Incluso, Núñez agregó que se podría favorecer a tres comandos de la Marina de Guerra –actualmente procesados– que participaron en el operativo Chavín de Huántar (abril de 1997) que rescató a más de 70 rehenes de la casa del embajador del Japón en Lima que se encontraban en manos del Movimiento Revolucionario Túpac Amaru (MRTA).
Hurm. No sé. De hecho no es lo ideal que los juicios a estos militares -especialmente si son los subalternos- duren per secula seculorum, pero de allí a que el Legislativo cancele todo de un plumazo… uf. No, pues. La democracia tiene sus bemoles y, caballero nomás, tiene que encontrarse formas democráticas de solucionar esta situación.
Claro, sería injusto -o quizás demasiado crédito- echarle la culpa a Núñez. Esta es una iniciativa ya anunciada por el Presidente. Una iniciativa contra la que, por supuesto, el super caviar Yehude Simon no puede hacer nada. Su pasado como condenado por terrorismo lo convierte en el personaje con menos margen de maniobra para oponerse a los intereses militares.
Ahí tá, ¿ven? Les dije que su nombramiento había sido una jugada maestra de Alan.
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