Fujimori: Que panda el cúnico
¿Todo está fríamente calculado? ¿La caída de Fujimori en Chile estaba prevista por el Chino Maldito? Esa es la duda -y el temor- que recorre hoy el Perú.
Creo que tal vez Fujimori esperaba ser arrestado, pero no tan pronto. Veamos:
– Fujimori arribó de imprevisto a Chile, un domingo. Su llegada se conoció de casualidad: alguien lo reconoció en el aeropuerto y le avisó a El Mercurio Online, que dio la primicia.
– Es evidente que Fujimori quería pasar piola al menos un tiempo hasta dar a conocer su llegada a nuestro continente. El costoso avión que rentó para su viaje a Santiago hizo dos escalas silenciosas en Atlanta y Tijuana. Ni los Estados Unidos ni México avisaron al Perú de la presencia del Chino en su territorio. ¿A cuánta gente le tuvieron que romper la mano para comprar su silencio? ¿Y por qué?
– La detención de ayer fue rapidísma. Fujimori no había terminado de instalarse en el lujoso Hotel Marriot (que había reservado con un mes de anticipación), cuando la Corte Suprema de Chile autorizó su detención. Una actividad insólita, además, considerando que todo sucedió un día domingo. Absolutamente inesperado.
Es cierto también que Fujimori tiene muchas razones para elegir Chile como cuartel de campaña:
– Ningún procesado por la corrupción fujimorista ha sido extraditado ni expulsado al Perú desde Chile.
– El dueño en la práctica del país sureño, Andrónico Luksic, está requerido por la justicia peruana por sobornar al Chino. Se especula que el dueño de Lucchetti es uno de sus protectores.
– En las últimas horas se comenta la influencia en los círculos pinochetistas del ex vicepresidente fujimorista, Francisco Tudela, que vive en Chile desde hace años.
Anoche, después de su captura, Alberto Fujimori estaba demacrado, apoyaba su rostro en una mano y se había sacado los anteojos (gesto clásico de la preocupación, como sabemos todos los cuatroojos). Hoy en la tarde, mientras lo trasladaban a la Escuela de Gendarmería, el Chino se recuperó y lució bastante contento para las cámaras. ¿Ha caído realmente Fujimori?