fotos , historia domingo, 4 febrero 2007

Fotografía de los hermanos Gutiérrez colgados de la Catedral

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Esta imagen -según el catálogo de la Biblioteca Nacional, donde la encontré– se trataría en realidad de un fotomontaje. Los cuerpos de los supuestos hermanos, se afirma, son de un «tamaño muy desproporcionado al del resto del publico que se encuentra en la Plaza de Armas como en los altos de la Catedral».

Igual, el mero hecho de que algún fotógrafo del siglo XIX se haya animado a montar la imagen de este incidente, es suficientemente notable.

Para quienes no estén familiarizados con la historia: En 1872 gobernaba el presidente Balta. Su ministro de Guerra era el coronel Tomás Gutiérrez, un arequipeño alunado que comandaba a siete mil hombres, junto a sus hermanos Marcelino, Marceliano y Silvestre.

Para desdicha de los simpatizantes de Balta, las elecciones del 72 (¿las primeras presidenciales de nuestra historia?, no lo tengo claro) fueron ganadas por un opositor suyo, el «cívico» Manuel Pardo. Desatados, los hermanos Gutiérrez insisteron al presidente que desconociera las elecciones y capturara a Pardo, pero el presidente Balta se negó.

Entonces, los coroneles dieron un golpe de Estado, el 22 de julio de 1872, y se hicieron del poder. Sólo cinco días después, al amanecer del 27, dos de los hermanos Gutiérrez, Silvestre y Tomás, amanecieron colgados de la Catedral.

En la Biblioteca Nacional también hay un grabado que muestra los cadáveres y que cuenta cómo culminó el breve periodo de los Gutiérrez en el poder:

El pueblo, en un inicio, se mantenía al margen salvo algunas escaramuzas pero corrían las horas y la situación del Presidente cautivo como del Dictador se puso en diversas manos. Silvestre, que se encontraba transitando en coche, es muerto por el pueblo el 26 de Julio. En represalia, Marceliano ordenó que Balta fuera asesinado ese mismo día, una semana antes de terminar su mandato.

Marceliano y Tomas sufrieron el mismo destino que su hermano Silvestre. Al tratar de huir fueron capturados y linchados por el pueblo, luego fueron arrastrados hasta la Plaza de Armas de Lima y los cuerpos de Silvestre y Tomas desnudos fueron colgados de las torres de la Catedral y al día siguiente fueron arrojados al fuego de una gran hoguera. Aunque las leyendas populares dicen que fueron devorados por el pueblo por la ira y cólera que se sentía ante estos.

Y, nada. Pensé que sería interesante ahora que estamos hablando de linchamientos.