Evaluando a la bruta
Estos dos chistes de Carlín -con quien suelo coincidir casi siempre- se mandan contra la evaluación a los maestros de este 20 de diciembre. Las caricaturas muestran a una probrecita Caridad Montes, secretaria general del Sutep, mangoneada por el abusivo e insensible ministro de Educación.
Lo criticable de esas caricaturas no es su defensa del gremio magisterial, sino la reducción de este tema a un enfrentamiento Sutep vs. Gobierno. Porque, sí pues, el Sutep está mal, pero eso no quiere decir que las evaluaciones impuestas por el gobierno estén bien.
Aquí, tres personas que merecen ser escuchadas. Primero, Nelson Manrique en su columna de hoy de Perú.21:
La evaluación que se aplicará está ampliamente cuestionada por motivos técnicos y sus fallas más evidentes -el apresuramiento, la dudosa calidad de la prueba, someter a los maestros a un examen importante en el momento más atareado de todo el calendario escolar, entre otras- tienen todas un solo origen: que se la ha programado para responder a una mandada presidencial.
Esta vez, Manrique tiene razón. El origen de estas evaluaciones es, nada menos, un arrebato de García en una ceremonia palaciega que no tenía nada que ver. León Trathenberg, una de las voces más autorizadas en el campo de la educación, lo cuenta mejor que yo:
Ocurre que un buen día Alan García está reunido en Palacio de Gobierno con representantes del BM, USAID, UNICEF, FAO, OPS y varios ministros, coordinando políticas contra la desnutrición infantil (…) y así, de pronto, frente a cámaras, se le ocurre la idea de que hay que evaluar a todos los docentes antes de fin de año. Y entonces lanza su impromptu: “Vamos a hacer una evaluación de los profesores; entiendo que es así, señor ministro (Chang),… aunque le cueste esfuerzos y problemas, pero tenemos que hacerlo para saber qué metas debemos alcanzar”.
El ministro de Educación, Antonio Chang, en lugar de decirle que eso no está previsto y que eso debería amarrarse a la pendiente ley de carrera magisterial, asienta sumisamente y ordena a sus técnicos en el ministerio a proceder con la evaluación.
¿Y por qué es innecesaria esta evaluación? ¡Porque no la necesitamos! Todos sabemos que los conocimientos de los maestros de nuestras escuelas estatales se limitan al encendido de llantas y bloqueo de carreteras. Constantino Carvallo, otra de las voces solitarias que tienen claro qué hacer con la eduación, piensa lo mismo:
Desde mi punto de vista, evaluarlos es innecesario, pues ya sabemos sobre su mala formación. La evaluación que se realizó en el 2002 tuvo como prioridad evaluar conocimientos sobre las materias y no métodos pedagógicos. Se elaboraron preguntas cognitivas realmente absurdas. No se evalúa igual a los otros profesionales. Eso baja la autoestima de los maestros y nuestra valoración por ellos.
Por cierto, todas estas personas que disienten sensatamente de la propuesta del gobierno son sencillamente nulificadas por el ruido y la furia de los Sutepistas. Miren este llamado al «Paro Nacional del 20 de diciembre», que encontré en el blog Sute Barranca:
¡CONTRA LA EVALUACIÓN CENSAL!
¡QUE SIENTA BASES PARA LA APROBACION DE LA LEY DE CARRERA PÚBLICA MAGISTERIAL ANTILABORAL Y PRIVATIZADORA!
¡NO A LAS EVALUACIONES POLITICAS Y DE DESPIDO!
¡DEFENDAMOS NUESTRA ESTABILIDAD LABORAL!
¡CONTRA LA MUNICIPALIZACION Y TODO INTENTO DE PRIVATIZACION
¡PADRES Y PUEBLO: DEFENDAMOS NUESTRA ESCUELA PUUBLICA Y GRATUITA!
¡ABAJO LA POLITICA NEOLIBERAL E IMPERIALISTA!
¡DEFENDAMOS EL DERECHO DEL PUEBLO A LA EDUCACION PUBLICA Y GRATUITA!
¿Para qué los quieren evaluar? Esos discursos anquilosados son la mejor demostración de la brutalidad de la dirigencia magisterial. Pero, claro, al gobierno de turno siempre le conviene tener un cuco para aliviarse de su propia responsabilidad en el calimitoso estado de la eduacación peruana.
Y, por supuesto, los del Sutep son tan brutos que cumplen a cabalidad el rol del malos de la película, escudándose bajo argumentos falaces tipo «yo enseño mal porque me pagan mal» (que parece suscribir Carlín). Sí, la evaluación es innecesaria, pero ¿cuál es el mensaje que envían convirtiéndola en una cuestión de estado?
Vamos, el estado de la cuestión ya lo conocemos: somos el país más bestia de la región. Ahora, lo que falta es acción. Y el plan de acción ya está trazado. A quienes les interese el tema pueden leer el Proyecto Educativo Nacional, trazado por el Consejo Nacional de Educación. Ahí está, léanlo. Porque entre los vivos del Gobierno y los brutos del Sutep, existe gente que realmente quiere que los niños de este país, por fin, empiecen a pensar.