Esto es lo que ocurre cuando Kenji se manda con otro lapsus en Twitter
Laura Grados
@lauletrasEs posible, y esto es solo una suposición, que Kenji Fujimori resulte ser el personaje más inocuo que ha arrojado el fujimorismo. Su cuenta de Twitter, incluso, es divertida. Sus reflexiones, que rozan lo absurdo, terminan de redondear la idea de que el benjamín del encarcelado expresidente Alberto Fujimori, es casi casi un punto de burla luz en el nebuloso espectro de lo que fue el gobierno más corrupto en la historia del Perú.
Por ejemplo, Kenji nos ha obsequiado joyas como esta:
O esta:
Y también nos arrancó carcajadas cuando puso al descubierto toda una fábrica de cortinas de humo por la histeria colectiva que se desató luego de que la Organización Mundial de la Salud (OMS) hizo público que las carnes procesadas (o sea tu rico chorizo, tu rico jodóg) son cancerígenas.
Pero lo que ahora ha sucedido es algo que se podría denominar como un lapsus freudiniano, considerando que varios estudiosos de las ciencias políticas catalogan al gobierno fujimorista no como uno democrático ni tampoco como una dictadura sino como un régimen autoritario. Algo parecido a lo que sucede en Venezuela, que ha sido calificada como un «autoritarismo competitivo» por nuestro forever amixer el politólogo de la Universidad de Harvard, Steve Levitsky.
Vayamos al grano, este tuit de Kenji se tomó a modo de confesión de parte, al decir que estaríamos camino al cuarto gobierno democráticamente elegido:
En palabras del menor de los Fujimori, estaríamos ante el cuarto gobierno democráticamente elegido después de Alejandro Toledo, Alan García y Ollanta Humala. Una democracia ininterrumpida desde principios de este siglo.
Naturalmente, como todas las cosas que suceden en Twitter, la gente empezó a trollear al pobre Kenji comentar la afirmación del congresista, más o menos de esta manera:
Pero no se quedó callado
Después del cargamontón ocurrido a un día de lo que podríamos llamar su momento de revelación (o la kenjipifanía), el legislador se defendió diciendo que no quiso decir lo que dijo, o sea, que se refirió al «fujimorismo como oposición» cuando habló de los gobiernos democráticos ininterrumpidos:
Antes de finalizar, sabemos que todo lo anterior te ha crispado y seguramente estás requintando contra quien redactó esta nota. Así que haremos un staaap, para recordarle a los lectores que, por más ingenuo que parezca el delfín del Chino, hace pocos años, en los almacenes de la empresa Limasa, que era propiedad de Kenji Fujimori, se halló 100 kilos de cocaína.
El caso aún se encuentra en investigación en el Ministerio Público y, mientras tanto, aún Kenji, el aparentemente inofensivo Kenji, tiene todavía mucho por responder.