Esta es la razón por la que Verónika Mendoza propone quitarle los beneficios a la Iglesia Católica
Laura Grados
@lauletrasAyer, debido a la indignación colectiva y el troleo masivo desatados contra el candidato presidencial de Solidaridad Nacional, Nano Guerra García, a.k.a minion del mudo, una noticia controversial pasó algo desapercibida; pero que a la luz de la realidad nos parece sumamente importante:
¡Verónika Mendoza quiere quitarle los beneficios a la Iglesia Católica!
¡Horroooooorrr! (Ok, se ganó nuestro voto).
Durante una entrevista en Canal N, la candidata del Frente Amplio salió con la pata en alto y dijo esto:
“Respetamos la pluralidad de creencias y religiones, pero vamos a garantizar que el Estado tome sus decisiones de manera autónoma de esas creencias y de esas jerarquías eclesiales (…) debe ser igual para todos, el mismo valor, respeto y lugar a todas las iglesias; se les da a todos o a nadie”.
Ya, antes de que digas «Ay, cómo va a decir eso, en el Perú hay millones de católicos» y vuelvas a criticarla, en realidad Verónika no tiene nada qué perder (sigue en el rubro «otros», duh) y hace bien en desmarcarse de los demás candidatos. La medida de por sí es impopular pero es importante que alguien haga notar las diferencias de fondo y no solo en materia económica que asustan.
¿Por qué es importante la propuesta?
En la última fase del gobierno dictatorial (todo encaja) del general Francisco Morales Bermúdez, el Estado peruano firmó un documento denominado Concordato, que viene a ser una alianza con la Santa Sede.
¿En qué consiste?
Entre todos los artículos de ese documento, resalta, hasta la actualidad, el capítulo dedicado a la situación económica y tributaria de las organizaciones adscritas a la Iglesia Católica en nuestro país. Te lo decimos en breves palabras:
Tras la firma del Concordato todas, absolutamente todas las actividades económicas de la Iglesia no están sujetas a pago de impuesto alguno. O sea, si el Arzobispado te alquila o te vende una casa, sorry, pero no le paga absolutamente nada a la Sunat. De allí el poder acumulado en estas últimas décadas. Ejemplo clarísimo: el Sodalicio y sus millones.
En fin, para que te convenzas de que Vero Mendoza hace bien en señalar este tipo de propuestas: