Engordando en Tarapoto
Tarapoto es mi segunda ciudad favorita en este maravilloso país (Cusco es imbatible). Debo haber ido (siempre por chamba, ejem ejem) unas seis o siete veces desde la primera vez, en el 2003. Y una de las principales razones para regresar es, por supuesto, la comida.
Así que se me ocurrió que nada mejor para abrir el apetito esperando la parrillada de hoy, que una pequeña guía gastronómica de Tarapoto. Primero, sitios para almorzar:
1. La Patarashca. El restaurant turísitico más famoso de la ciudad. Imperdible, aunque me dicen que su sabor ha empezado a estandarizarse para no ahuyentar a los gringos. No sé, yo lo sentí igual la última vez. Recomendables: el juane de chonta y todo lo que tenga camarones, en especial el delirante enrollado de paiche con camarón y palmito en salsa de chonta. Pa morirse.
2. El Real. El restaurant de la Plaza de Armas. Tiene mala pinta pero buen sabor, en especial su servicio de chifa, que combina la comida tarapotina con la oriental. Los valientes pueden atreverse con el arroz chaufa regional, repleto de cecina y chorizo de la zona. Los wantanes tienen su fanaticada (alguien me dijo que eran los mejores que ha comido en este país) y también los camarones en salsa tausi. Para tomar: cremolada de uva.
3. Los agachaditos. Nada turísticos, son lo que en Lima llamaríamos huariques, pero en selvático. Allí conocerán el verdadero sabor de Tarapoto: tacacho con cecina, chorizo, maduros a la parrilla, plátano asado, humitas y, si tienen suerte, un plato que lleve todas las anteriores. Quizás el agachadito más tourist-friendly es el Bijao, pregúntenle dónde queda al mototaxista nomás.
INTERMEDIO: Para bajar el almuerzo, compren alguna fruta en el mercado. Todas las frutas no pueden ser más deliciosas y frescas en la selva, especialmente en Tarapoto. También tienen que refrescarse con los helados de La Muyuna: aguaje, coco, lucuma, guanabana, fresa, mani, maracuyá y chocolate. No sé qué esperan para exportarlos, son un regalo divino… Ahora, para la cena:
1. El Rincón Sureño. La carne en Tarapoto no tiene pierde (¿será el clima?) y menos aquí: mándense con algún piqueo para probar de todo un poco, aunque el bife de chorizo es el favorito de los conocedores. Además, no se pierdan la pierna de pollo deshuezada a la parrilla y las yucas sancochadas con ají. Puedes ir de día, pero hay más ambiente por las noches. (Atención: si vas al Rincón Sureño debes llevarte a casa su trago emblema: el CPM o Como la Puta Madre, un trago que mezcla el chuchuwasi, el rompecalzón, el levantatelázaro y otras calentonas raíces. Me lo van a agradecer.)
2. El Brasero. Al lado de la Patarashca. Coincido con Cucharas Bravas: los maduros rellenos son la elección ganadora aquí. Plátanos cortados a lo largo y rellenos de queso, carne o, yomi yom, paté. Acompáñenlos de un jugo de cocona. Además, de allí cruzan la pista y se toman unas chelas en el Stonewasi.
3. El Café del Mundo. Para que los limeños me entiendan, digamos que este sitio ha devenido en una mezcla selvática del Antica con el Café del Mar. Para empezar pídanse el pan al ajo regional (untado con paté de cecina). Después, cualquier pizza a la leña. Muy recomendables: una pizza de verduras (tiene otro nombre, pero es la que lleva zapallito italiano, berenjena, champignones, pimientos asados y, atención, no se olviden de pedir que le agreguen palmitos) o la pizza regional (cecina, chorizo y ají charapita). Un día de estos tengo que pedirme alguna de las pastas hechas con huevo de gallina de chacra.
Y eso es todo. Si quieren comer venado o picuro, sugiero probarlos fuera de Tarapoto (el mejor Bambi lo disfruté hace años, en Moyobamba, en un sitio famoso cuyo nombre he olvidado… ¿alguien me ayuda?). Y, por favor, de regreso no olviden traerse hartos chocolates de La Orquídea. Por varios motivos: porque son buenísimos, porque son elaborados por una cooperativa de ex cocaleros que cultivando cacao se han liberado del circuito del narcotráfico y porque la engordadera, por supuesto, no termina en Tarapoto.
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