noticias martes, 11 abril 2006

En defensa de Chaparrón

No voté por Chaparrón. En otro post, ya expuse mis razones. Pero en los últimos días, el ex presidente ha sido víctima de una de las acusaciones más injustas de esta campaña: resulta que, ahora, Paniagua es culpable de «quitarle votos» a Lourdes Flores.

«Olivera II» lo ha bautizado Aldo Mariátegui, recordando cómo Popy le quitó votos a Lulú en el 2001. Varios comentaristas de este blog también lo han culpado.

Me permito discrepar. En primer lugar, por el derecho democrático que tiene todo ciudadano a postular, más aún cuando se trata de un exitoso ex presidente de la República y líder de un partido histórico. Paniagua no sólo tenía el derecho, sino la legitimidad política para postular (no es un Ricardo Wong o un Javier Espinoza).

En segundo lugar, ¿estamos tan seguros de que sus votos irían inmediatamente a favorecer a Lourdes Flores? Vamos, si ese 6% se mantuvo fiel a Paniagua hasta el final, era precisamente porque no quería votar por ninguno de los tres candidatos punteros, entre ellos, oh sorpresa, la grandota Lulú. Paniagua no está en el mismo espectro político de Lourdes, como lo estuvo Popy en el 2001.

Y, por último y más importante: es muy facilón culpar a Paniagua y al resto de los pitufos de la debacle de Flores, cuando, la cruda verdad, es que los únicos responsables son sus desubicados amiguitos de Unidad Nacional («la peor campaña electoral de la historia reciente» han dicho varios analistas).

Vamos, mi gente linda, Paniagua sólo tiene la culpa de su propia humillación. No tiene por qué cargar con la de Lourdes.