Eliane Wars
Al final de cada año, los balances, recuentos y remembranzas de los últimos 12 meses suelen entretener al resaqueado respetable: una floja y previsible forma de llenar el vacío noticioso de las fiestas (las noticias nunca descansan, pero los periodistas sí).
Y, bueno, como en este útero somos (nótese el plural respetuoso de la primera persona, acorde con la solemnidad de las fiestas) tan vagos como el que más, recordaremos el 2006 con el ya legendario vídeo de Eliane Wars.
Pero, se preguntarán los confundidos legos en tan docta materia, ¿qué demonios es Eliane Wars? Respuesta: la boca floja que lo inició todo.
Era el 22 de mayo de este 2005 que se va, en plena fiebre del reciente estreno del Episodio III de Star Wars. En la festiva sección Boca Floja de La Ventana Indiscreta se emitió el vídeo que ustedes pueden ver haciendo clic aquí (créditos respectivos: el nunca bien ponderado José Luis Abeo, el genial Roberto Barba y quien luego se convertiría en este blogger).
En ese entonces, Cecilia Valenzuela presentó la nota más o menos con estas palabras:
«Mientras todos hacían ordenadamente su cola -con cinco horas de anticipación- en el cine del Jockey Plaza, Eliane Karp llegó de improviso y, acompañada de su séquito, se coló en el estreno del Episodio III de la Guerra de las Galaxias en medio de unas pifias que parecían efectos especiales. Dos días antes, Karp había plantado al juez Jorge Barreto, que investiga los malos manejos en la CONAPA, alegando que estaba ‘muy ocupada’.»
Si ven el vídeo, coincidirán conmigo en que lo más divertido es la secuencia en la que los acertados fans de Star Wars encuentran más de un parecido entre Chewbacca y nuestra Primera Dama.
En fin, pasó el tiempo: Carlos Álvarez hizo una parodia, los periódicos chicha se divirtieron con el incidente, algunas personas se pasaron el vídeo por e-mail…
Y ya había olvidado el tema cuando una periodista de mi promoción PUCP me escribe escandalizada. Estaba asombrada por el bajo nivel de los textos de cierto periódico online, creado por los alumnos de lo que alguna vez fue nuestra facultad.
El periódico se llamaba Willay y no sólo daba vergüenza ajena, sino que incluía un libelo intitulado: «Eliane Wars: Entre la burla y el periodismo serio«, una especie de análisis muy conservador de La Ventana Indiscreta a partir de Eliane Wars.
Hubiera sido simplemente una mala crítica, pero el texto incluía esta mentira:
«Sin embargo, la burla empezó no precisamente de las personas que se encontraban en el cine. El reportero inicia el escarnio al preguntar a los asistentes (sic), a qué personaje de la saga se parece Eliane.»
Pero hay más. El artículo permitía comentarios de los lectores y uno de ellos rogaba a Papalindo para que el «autor» de Eliane Wars no fuera egresado de la Católica. Ahí sí que me indigné (soy el tipo más camisetero con la vieja PUCP) y respondí cacheteando a everybody.
Como era de esperar, se armó el quilombo:
– en el debate profesores, ex profesores, alumnos, ex alumnos se sacaron los ojos;
– mi amigo y crítico de televisión Jerónimo Pimentel me hizo trizas en su columna de Caretas, y
– hasta el profesor del curso, Juan Carlos Luján -demostrando por qué el nivel de la Facultad está como está-, se rascó la cabeza en su blog, desconcertado, sin entender cómo ni por qué un simple «trabajo académico» (sic) había originado una discusión en el mundo real.
Por supuesto, todo ese debate ha sido borrado por los Powers-That-Be de la Facultad (creo que lo tengo guardado por ahí; si lo encuentro, les aviso). Lástima, porque mal que bien fue un intercambio de ideas relativamente interesante, al menos al inicio.
Una lástima, además, porque el libelo de Willay me devolvió al mundo de los debates virtuales. Tremenda adicción que terminó con el nacimiento de El Útero: porque del blog de Luján pasé al de La Morena; de ella, a Perublogs, a Blogger y a la blogósfera entera.
De pronto me di cuenta que me había picado el bichito del blog, descubrí que hacer uno era facilísimo, rescaté el nombre de mi vieja columna en el periódico online de mis épocas universitarias y, para horror de mis profes, fue así que heme aquí.
Y esta fue la historia de cómo George Lucas y Eliane Karp se convirtieron en los orgullosos padres del blog con el que acaban de perder el tiempo. Un simpático cuento para estas fechas, en las que rememoramos broncas pasadas, malas películas y ridículos gobiernos.
Feliz 2006.
And may the Force be with you.