periodismo , sociedad , violencia jueves, 28 febrero 2008

El Quinto

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Uno de los cinco muertos del último paro. Foto: Servindi

Ayer el ministro del Interior se presentó en el Congreso y presentó un peritaje de la Policía que afirma los muertos en el último paro no cayeron bajo fuego policial. Al respecto, un extracto de un buen editorial de Augusto Álvarez Rodrich:

…al margen de la credibilidad que pueda tener la versión gubernamental, lo que debería ser determinado por una comisión independiente, la versión de Alva Castro tiene una virtud: no justifica que la Policía pueda disparar a mansalva en una manifestación pública.

Es un gran avance si se tienen en cuenta las declaraciones de otros miembros del gobierno. Desde el presidente Alan García, quien el fin de semana prácticamente alardeaba con la respuesta policial que produjo las muertes, hasta el ministro Rafael Rey, cuyo comentario sobre lo ocurrido es muy peligroso. Él señaló que «a todos esos revoltosos hay que decirles que, cuando sale una bala, esa bala hiere y puede matar». Y también se preguntó «¿para qué tiene armas la Policía? ¿para tenerlas colgadas en su casa o para usarlas cuando hace falta?».

Porsiaca, acá tienen parte de las declaraciones de Rey, vía pospost:

Sigue AAR, y esta conclusión es redonda:

El peligro de opiniones y de actitudes como las de García y Rey es que fue precisamente esa la lógica que, en el fondo, funcionó como la gasolina de gente como Martin Rivas y del Grupo Colina. Es decir, que el orden público es un valor supremo al que se subordina, incluso, la vida humana.

Al respecto, también vale la pena leer las columnas de Francisco Eguiguiren y, sobre todo, la de Fernando Vivas.