noticias viernes, 13 noviembre 2015

El procedimiento de planificación que impedía «amiguísimos» acaba de ser derogado en la Municipalidad de Lima

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Descripción gráfica de lo que viene sucediendo en la capital. Foto: Javier Lizarzaburu Montani

Escribe Augusto Rey

Todos los días escuchamos cosas como estas: “Cada vez tenemos menos áreas verdes”. “Los espacios de estacionamientos no son suficientes para la cantidad de carros que hay”. “Las tuberías no soportan edificios tan altos”. “Tuve que vender mi casa por la bulla que hace esa nueva discoteca”. “Si no tienes un contacto en la Municipalidad será imposible que pidas un cambio de zonificación, ni caso te van a hacer”. “Faltan zonas industriales”. “Ese barrio era bonito para vivir, pero ahora está lleno de autos por todos los edificios que han construido”. “Lima no tiene donde crecer”. Y tal vez la más común de todas: “La falta de planificación en el crecimiento de Lima ya está pasando factura”.

Todo eso de lo que tanto nos quejamos los limeños se puede cambiar, pero en vez de ir hacia la solución, nos hundimos en el problema. Hoy [jueves 12/11/15] la MML, con voto de la mayoría de regidores, regresó al mismo mecanismo para cambiar zonificaciones que tanto dañó Lima los últimos 30 años.

Se acaba de derogar el procedimiento aprobado el 2012 que impedía “amiguismos” y planteaba un modelo mínimo de planificación. Según el procedimiento aprobado el 2012, todas las solicitudes de cambio de zonificación se veían por paquete distrital (es decir, contemplando todo el distrito) dos veces al año. Ahora queda a discreción del funcionario de turno qué se ve y en qué momento.

Se acaba de eliminar de un porrazo lo que posiblemente ha sido el aporte más importante a la ciudad en mucho tiempo. Lo peor es que se ha eliminado para volver a lo que había antes y que necesitamos revertir: un crecimiento desordenado y fragmentado de la ciudad, sin criterios homogéneos de tratamiento del suelo, fortaleciendo la discrecionalidad del funcionario, debilitando la capacidad planificadora de la ciudad y dejando de lado a quienes no puedan “presionar” para que su solicitud de cambio de zonificación sea atendida. Desde mañana se verá de forma individual cada solicitud sin ningún cronograma. Es la incertidumbre absoluta.

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Back to the future versión municipal. Foto: Andina

 

Este no es un tema popular ni mediático y colisiona con los intereses patrimoniales de muchas personas que anhelan un cambio de zonificación para vender mejor su lote –que, por cierto, es un interés totalmente legítimo y legal-, pero eso no quita que la modificación aprobada hoy sea un puñal en nuestras espaldas y un salto al pasado que nos va a costar mucho superar. Lo más triste es que varios de los que votaron a favor de esta modificación parecían no entender lo que se estaba debatiendo ni la envergadura de lo que estaba en juego. Para ellos era un procedimiento más. La mayor preocupación era saber cuántos expedientes se pueden ver en el menor tiempo posible, pero ningún interés de lo que pase luego. Lo paradójico es que con el sistema revivido no se verán más expedientes: la carga es la misma, pero ahora, eso sí, sin cronograma.

La MML, como gobierno de la capital, no puede limitarse al papel del árbitro entre intereses de unos pocos actores, sino que debe constituirse como una autoridad que piensa en la ciudad globalmente y que actúa sobre su totalidad en función del interés general. Lamentablemente, este cambio va en la dirección opuesta, demostrando, nuevamente, la ausencia absoluta de un plan y visión para Lima.