El misterioso caso de los blogs apócrifos
Todo empezó con el César Hildebrandt Blog, una bitácora que recopila los artículos que el periodista escribe en La Primera. El administrador de CHB aclaró desde el inicio que se trataba del «blog no oficial«:
El único objetivo de este blog, es hacer eco de los comentarios de un excelente periodista que fue censurado más de 14 veces los diferentes medios de comunicación.
Por el estilo de redacción de este párrafo -y el fanatismo que destila- tengo la sospecha de que el administrador se trata de un conocido blogger informático humalista. Pero su identidad es lo de menos. Total, ha jugado limpio y jamás pretendió hacerse pasar por el popular «Chato». Sólo quiere recopilar sus imperdibles columnas.
Pero otros han sido más retorcidos.
El caso más extraño es el de Cecilia Valenzuela Blogg, el primer blog apócrifo en aparecer. En su profile, la supuesta «Chichi» escribe con la mayor naturalidad: «Soy periodista, tengo un programa televisivo, tengo una agencia de noticias en la que trabajo con los periodistas mas importantes del país.»
En el blog de la falsa «Chichi», se postean unos artículos llenos de lugares comunes y errores gramaticales que, al parecer, son autoría del administrador de CVB. No se aprecia una intención difamatoria, pero tienen que ver el perfil que se ha sacado en Perublogs, intentando darle cierta verosimilitud a la farsa. Bien raro.
Y durante las Fiestas Patrias surgieron seis blogs apócrifos más.
Uno es el de Beto Ortiz. Acá parece que -como en el de Hildebrandt- la intención es postear las columnas del talentoso «Chavón». Sin embargo, en el post «Hello Peru«, el administrador se hace pasar por Beto y escribe: «A partir de hoy leeran todo lo que mi auto exilio a hecho aflorar en mí………………….» (sic).
Algo similar sucede en el caso del falso blog de Augusto Álvarez Rodrich. También es un recopilación de sus columnas. Sin embargo, su administrador -al parecer el mismo de los otros casos- se ha tomado la molestia de escanear la firma de AAR para suplantar su identidad.
El caso quizás menos grave es el de Juan Carlos Tafur. Admite en su primer post que se trata del «blog no oficial» del director de La Primera, pero no lo especifica en ningún otro lado y, por si fuera poco, en su profile aparece el nombre de JCT.
Otros comunicadores suplantados son El Veco («soy un experimentado crítico deportivo, si algo no me parece lo digo y listo…..»), Frieda Holler y Fernando Maestre.
El servidor Blogger se lava las manos con la excusa de que «sólo proveen el servicio» y «no se hacen responsables por el contenido». Que yo sepa el robo de identidad es un delito aquí y en la China. Pero los chicos de Blogger se hacen los suecos. ¿Cuál es la solución para que estos periodistas puedan limpiar sus nombres?