noticias miércoles, 28 enero 2009

El kiosko de hoy

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La República

Los diálogos y sus trascripciones no parecen aportar nuevos hechos o indicios de otros o distintos actos de corrupción, sino que ahondan en detalles de las negociaciones y coordinaciones ya conocidas, lo que complicará los descargos presentados por los implicados, especialmente de Rómulo León Alegría y de algunos ex ministros de Estado.

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Perú.21:

“No hay absolutamente nada nuevo que involucre a mi patrocinado. Todo es lo mismo. Hay algunos otros audios, como con el señor Barnechea, que no tienen nada que ver, no se habla de negocios ni nada. La pregunta es porqué razón sale ahora si han estado en poder de Pablo O’Brien. Qué coincidencia que justo salga ahora cuando los ‘chuponeadores’ están presos”, enfatizó Roy Gates en diálogo con Perú21.pe.

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La Razón:

…al tiempo que reproducimos los “petroaudios”, que sin duda son noticia, nos preguntamos por qué justamente ahora decide el periodista que los tuvo en su poder todo este tiempo entregarlos al juez y colgarlos en Internet. Si acaso es una maniobra para desviar la atención de los autores intelectuales del chuponeo, aquí no pisaremos el palito.

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El Comercio:

El periodista Pablo O’Brien Cuadros, quien ayer entregó los audios que tenía en su poder al juez Barreto porque «hay que cumplir con ese requisito indispensable», no cumplió con asistir a las dos citaciones que le hicieron la fiscalía y la policía durante las investigaciones por el caso del ‘chuponeo’ efectuado por la empresa Business Track . (…)

Los agentes de la Dirandro y los representantes del Ministerio Público que investigaron el caso coincidieron en señalar que encontraron de parte de O’Brien poca colaboración para esclarecer las pesquisas relacionadas a las interceptaciones telefónicas.

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Como ven, hasta el momento las esperables reacciones negativas a la revelación de los 86 audios parecen centrarse en dos ideas fuerza: 1. No hay nada nuevo, y 2. Por qué recién los saca ahora.

Creo que resultaría agotador para O’Brien ir por la vida contestando «2» una y otra vez en vez de presentar las investigaciones que demuestran que «1» no es tan cierto (ver otras precisiones aquí). Pero, claro, supongo que ése es el objetivo: distraer al periodista -y, de paso, a la gente- de los audios, que son lo que importa.

Eso sí: todavía todos queremos saber quiénes contrataron a los chuponeadores de Bussiness Track. No, aguanten. También queremos saber qué se dice en los audios incautados a Bussiness Track. Ah, sí. Eso también.