Discriminación en el Regatas: el club más pituco del país no quiere dejar entrar a parejas del mismo sexo
Andy Livise
Pienso, luego me achoro. @ElcholacoEl club Regatas es uno de los más exclusivos y antiguos (¿o anticuados?) de Lima. Dentro de sus paredes ocurren hechos que demuestran una vez más que la educación más moderna de las clases altas no es suficiente para deshacerse de las taras del siglo pasado.
En febrero del 2017, se denunció que un socio fue acusado de haber abusado de una niña. Esta vez, dos socios (cada uno por su lado) nos hicieron conocer una regla que, según comprobamos en su propio estatuto, el club tiene y que es a todas luces homofóbica. Hablamos de esta norma que exhiben y resaltan orgullosos en su página web:
En síntesis, según el estatuto del club, un asociado que no tiene pareja («soltero, viudo o divorciado») puede pedir un pase de invitado (que según el mismo estatuto se otorga a la persona con la que el socio tiene una relación sentimental) solo para otro acompañante del sexo opuesto.
De esta forma se cuidan de que algún asociado LGTBi (lesbiana, gay, trans, bisexual o intersexual) ingrese con una pareja del mismo sexo. Pero no solo afecta a este grupo, sino también a los miembros que no se casan, como lo explica uno de los asociados con los que conversamos y que prefiere el anonimato:
«Un socio casado, con su esposa e hijos pueden entrar al club cuando quiera y solo tiene que pagar su cuota mensual que es algo de 350 soles. Solo ese pago. (…) Los no-casados tienen que pagar mucho más (el pase de invitado costaba algo de 300 soles, hoy lo han subido a más de mil dólares) y subsidiar a la familias de tres, seis u ocho miembros».
Es decir, benefician principalmente a la «familia tradicional», cual secta evangélica. Otra de las socias con las que conversamos nos pasó algunos screenshots del grupo de Facebook ‘Somos Regatas, Seámoslo siempre’, donde gracias a esta normativa algunos de los socios dan una clase magistral de «no soy homofóbico, pero…»:
Un dato extra
Esta nueva normativa, según supimos, viene del estatuto anterior pero fue ratificada en noviembre del año pasado, con la reciente junta. «La nueva directiva fue elegida solamente porque la gente no quería que se reelija la directiva del prófugo Salazar y de Zaragoza«, nos cuenta uno de los socios.
Gustavo Salazar fue presidente del Regatas hasta el 2017 y ahora es un prófugo de la justicia por el caso Odebrecht. Su cabeza valía 20 mil soles y ya lo encontraron en Estados Unidos, por eso las autoridades han iniciado el proceso de extradición. José Francisco Zaragoza, por su parte, perteneció a la junta directiva junto a Salazar y fue detenido por el mismo caso.
Ambos fueron suspendidos por el club luego de que estalló el escándalo, pero parece que el oscurantismo se resiste a dejar esa asociación. Después no digan que la educación cara lo puede todo.