Con palo no vale, Valentín
Solía admirar a este señor. El presidente de la transición; el paladín de la democracia; el que le tiró el teléfono a Lúcar; el conductor del mejor gabinete ministerial de nuestra historia reciente; el incorruptible.
Valentín Paniagua Corazao: constitucionalista, cusqueño y chaparrón.
El ídolo.
(no exagero: conozco mascotas y niños bautizados «Valentín» durante el frenesí de la transición.)
Sin embargo, han pasado cinco años y, ahora, Paniagua no es ni la sombra de su leyenda. Para colmo, nos ha querido meter tres palos:
1. El palo del resucitado: Después de haber hecho el muertito -en buen cristiano, de haber pasado piola- sin criticar prácticamente nada del toledismo, ahora se quiere poner gallito. De pronto, se puso convenientemente criticón; a veces con sustento, pero nunca con ganas. No creo que esté postulando contra su voluntad, como dicen por ahí, pero bien que parece.
2. El palo de Alberto Andrade: Su candidato a vicepresidente y número uno de la lista congresal, a pesar de innumerables denuncias de corrupción durante sus gestiones municipales.
¿Su secreto? Andrade -chabacano y autoritario como pocos- dispone de Somos Perú, una envidiable organización que a nivel municipal está extendida por todo el territorio. En resumen: Paniagua necesitaba un Absalón y lo consiguió en el criollo exalcalde, aún a costa de de dos movimientos pequeños pero muy valiosos, los que lideran Yehude Simon y Susana Villarán.
3. El palo de Ricardo Belmont: Un impresentable con todas las de la ley (¡fue fimista y luego toledista!) y candidato de Paniagua al Congreso. Exacalde también, pero con un agregado judicial: en 1986, convenció a 70 mil peruanos para que le compren tres millones de acciones de un canal, convenientemente bautizado Red Bicolor de Comunicaciones (a que no adivinan sus siglas).
Han pasado 20 años y los errebecistas -la mayoría, muy humildes- no han visto un céntimo de las utilidades del canal 11. Cínico, Belmont jura que todos sus juicios por ese caso -según él iniciados por la «mafia fujimontesinista»- terminaron «hace tres años». Mentira; hay un juicio pendiente desde enero del año pasado. Resulta que RBC no sólo tiene el coeficiente intelectual de una lapa, sino que -evidentemente- está buscando su rica inmunidad parlamentaria.