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Censura cultural: ¿Por qué TV Perú no emitió este documental sobre el Takanakuy?

Diego Pereira

I'm back, bitches » @algunpereira » diego@utero.pe

Hace menos de una semana publicamos una nota sobre cómo el Takanakuy era lo más cercano al Festivus que había en el Perú. Pero obviamente es más que eso. Se trata de una tradición cuya historia merece contarse por completo y registrarse libre de prejuicios, un documental al menos.

Curiosamente, eso parece haber pensado TV Perú, el canal del Estado, al promocionar el estreno del documental «Takanakuy: Cuando la sangre hierve», del director Manolo Alcalde, para el sábado 27 de diciembre.

Y no lo promocionaron solo una vez…

…sino dos veces

Y también se portaron con su afiche respectivo…

takanakuy

…obviamente con una segunda versión también

takaaaa

Pero si todo hubiera terminado bien, no estarías leyendo este post. Al final TV Perú no transmitió el documental. ¿Por qué? El director del documental solo tiene una palabra: censura.

 

Un ministerio confiesa

En comunicación con Utero.Pe, el director Manolo Alcalde cuenta que, un día antes de la emisión, un funcionario de TV Perú le dijo:

No trasmitiremos el programa especial este sábado 27 a las 19 horas. Esto obedece a un tema de violencia y la posible mala interpretación que podría darle el televidente.

Ese mismo funcionario, asegura Alcalde, le aseguró que la decisión se había tomado luego de una comunicación del Ministerio de la Mujer y Poblaciones Vulnerables (MIMP)

Uno de los productores del documental le preguntó a la ministra Omonte por Twitter por qué. Esta fue su respuesta:

Consultada, la ministra Omonte negó que su ministerio haya presionado para cancelar la emisión del documental. Los productores, se reafirman en su versión. Pero hay más.

 

¿Violencia infantil?

Nota de El Comercio tuiteada por el MIMP. Nótese que la foto de los niños enfrentándose fue tomada en San Juan de Lurigancho.

Nota de El Comercio tuiteada por el MIMP. Nótese que la foto de los niños enfrentándose fue tomada en San Juan de Lurigancho.

Según han reportado una gran cantidad de medios (Google News te permitirá corroborarlo) la principal oposición del MIMP (y del Ministerio de Cultura) es que en el Takanakuy participen niños. Así reporta La República:

Según la titular de la Mujer, Carmen Omonte, la Dirección de Políticas sobre Niñas, Niños y Adolescentes de dicha cartera intervendrá en este festival mundialmente conocido. “Si bien el Estado es respetuoso de las prácticas culturales, estas situaciones podrían tener un efecto inmediato en la vida emocional de los niños y niñas, incluso pueden ser causa de estrés postraumático”, sostiene un comunicado de ese sector. (…)

El Ministerio de Cultura señaló que la incorporación de mujeres y niños a esta práctica data de los últimos años. “No corresponde a la tradición más antigua”, precisó la viceministra de Interculturalidad, Patricia Balbuena. “Ninguna cultura puede estar por encima del respeto de los derechos humanos, de niños y niñas… Rechazamos la participación de los menores”, concluyó.

Pero los productores de la cinta han respondido claramente al respecto:

Sí hay niños participando, lo hacen casi al final, y los adultos no permiten que se den más de un par de golpes inofensivos. Si el MIMP visitara los colegios de la provincia de Chumbivilcas, encontraría que los niños juegan a ser qorilazos: montando las sillas, toreando y domando reses. No quieren ser Iron Man, quieren ser QORILAZOS.

El director del documental nos cuenta que pareciera que los funcionarios del MIMP se han basado en lo que ocurre en San Juan de Lurigancho donde se trata de otro tipo de actividad. «Ahí se cobra entrada para solventar los gastos de orquesta, cerveza, ahí entra el argumento del lucro con niños peleando«, nos dice, «en las comunidades se realiza a campo abierto, es gratuito».

 

¿No matar la tradición?

Otra genial foto de Carlos Díaz (vía Flickr)

Otra genial foto de Carlos Díaz (vía Flickr)

«Hay un total desconocimiento de la cultura popular andina y una posición que es centralista, limeña y occidental, incapaz de respetar y/o intentar entender otras visiones del mundo», comenta Manolo. Su argumento parece certero.

En una entrevista con RPPYesenia Huamanñahui de la ONG  Infant Perú se muestra en contra la participación de niños en el Takanakuy. Sin embargo, también dice que ella no ha presenciado las peleas entre niños, que recién está viéndolo en las imágenes que le muestran.

Otra cosa: el Takanakuy no es solo –como se viene diciendo desde tiempos inmemoriales– un evento para limar asperezas. Manolo nos cuenta que también es un rito de paso a la adultez, una demostración de la valía, «una iniciación como hombre». «El 50% de peleas es por un tema de status», revela el director.

«El Takanakuy siempre es exótico en los medios», dice Manolo, «como ver esos videos de finlandeses nadando en el hielo». El problema, afirma, es que se continúa viendo toda la celebración fuera de contexto cuando se trata de una serie de procesos culturales que le otorgan identidad a todas las personas que participan en ella.

Sigamos con la respuesta de los productores:

El Takanakuy permite aplazar diferencias en el momento más álgido, y posponerlo para UNA ocasión al año, con reglas y la vigilancia estricta de los comuneros –y sus chicotazos- para que no haya golpes en el suelo o maltrato excesivo del oponente.

Consideremos que es una tradición anual y que, en sentido contrario a lo que pueda interpretar fuera de contexto el MIMP, la presencia de mujeres en el Takanakuy es a pedido de ellas, voluntaria, un espacio ganado, un derecho desde su perspectiva. Lo dice uno de los personajes: «Antiguamente era sólo de hombres, ellas han reclamado, machistas nos han dicho, y ahora también participan».

No se trata de una apología a la violencia, dice Manolo, «las tradiciones no se erradican».

 

Resolviendo sin el Estado

Para Manolo Alcalde, el director del censurado documental, su finialidad era registrar una realidad y mostrar que existe para entenderla, para entendernos:

EL MIMP debería preocuparse más por otro tipo de materlal que vemos a diario en otros canales y que realmente denigra a la mujer y/o fomenta la violencia contra ella y contra los niños, usándolos como carne de cañón en historias llenas de escándalos y donde los menores son expuestos para beneficio del “espectáculo”.

Según nos cuenta, el documental ya se ha mostrado en exhibiciones itinerantes y la gente de Chumbivilcas ya ha podido disfrutar de ver su cultura viva en la pantalla. ¿Podrá verlo el resto del Perú alguna vez?

Diego Pereira

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