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Bayly, Bertie, Vivas, Varguitas


El domingo, en entrevista con Beto Ortiz, Jaime Bayly se preguntó si había hecho mal en revelar su relación con Diego Bertie. Ayer, Fernando Vivas le respondió:

No seas conchudo, Jaime. (…) es de muy mala onda creer que porque te prodigaste a alguien que supongo que no te apuntó con una pistola para que lo hicieras, te conviertes en acreedor de su intimidad y te reservas el derecho de meterlo o sacarlo del clóset cuando te dé la gana y de darle lecciones que se te antojan de transparencia y moralidad.

Paréntesis. Los que no están entendiendo nada, pueden leer un parrafito de la columna de Bayly de hace dos lunes, «El actor y el escritor«:

(El escritor) cree que sólo podrá enamorarse de un hombre. El actor es su primer hombre. Se entrega a él. Se enamora de él. Siente que ninguna mujer podría gustarle como él.

(…) El escritor se casa y tiene hijos. El actor se casa y tiene hijos. El escritor se divorcia y reconoce que le gustan los hombres. El actor se divorcia y no reconoce que le gustan los hombres. El escritor tiene cierto éxito, a pesar de que reconoce que le gustan los hombres o debido a eso. El actor tiene cierto éxito, a pesar de que no reconoce que le gustan los hombres o debido a eso.

Y así líneas de líneas, incluyendo «No tiene huevos para salir del closet, pero sí para hacer un comercial de detergentes». Fin del paréntesis.

En realidad, lo que quería resaltar era el otro lado de la argumentación de Vivas, quien señala que, por decir lo menos, si alguien se había adelantado a los excesos de Jaimito fue Mario Vargas Llosa (remember la tía Julia, caso que viene al cuento debido a su discutida columna sobre la Bolocco). Así que los dejo con esta reflexión final:

Pero los rabos de paja de los citados, ya sean ilustres y discretos, o más bien trajinados, no son razón para cortar ahí la reflexión. No quiero compartir la resignación sistémica de MVLL, pues, por más que vemos todos los días ejemplos de suma y globalizada impertinencia conseguidos con herramientas de sofisticado poder invasivo, también vemos crecer la capacidad de reflexión de la gente, planteando correctivos y conminando a los medios a autorregularse.

Eso. Y ojalá que ya se detenga el espectáculo de ver a los mafiositos de siempre (léase Álamo Pérez-Luna; ¿vieron su reportaje citando a Varguitas?) colgándose de nuestro no tan infalible Dios para pretender imponer sus agendas conservadoras.

Archivo del Útero: Diego Bertie, te queremos
Link: La versión de Bertie