Así es cómo Cerrón convierte su bancada en la izquierda obstruccionista que la extrema derecha necesita
Andy Livise
Pienso, luego me achoro. @ElcholacoCerrón está en modo Keiko: dispuesto a petardearlo todo si no se hacen las cosas como las quiere. Su último berrinche ha sido anunciar que su bancada no le brindará la confianza al «gabinete caviar» de Mirtha Vásquez por el giro del gobierno «al centro derechismo».
Perú Libre tiene 37 votos en el Congreso, pero la verdad es que el único cerronista de ese grupo parece ser su hermano Waldemar (y el serruchado Guido Bellido que ya se alineó con su jefe). El tovarich Tapir no tiene el poder absoluto de su bancada.
Y la mejor muestra es que varios congresistas de Perú Libre (Óscar Zea, Katy Ugarte, Roberto Kamiche) le han dado la contra públicamente y han anunciado que sí le darán el voto de confianza a Vásquez. Según algunos medios, los legisladores del team Castillo son veinte. Y algunos, como Álex Paredes, ya hablan de quitarse.
Hace dos meses, IDL-Reporteros informó que 13 maestros congresistas de Perú Libre podrían fugar de la bancada porque discrepaban con la imposición de una constituyente y porque creían que la prioridad actual era la pandemia y la crisis económica.
Por eso es que Cerrón y su séquito también anunciaron en su comunicado que los «militantes natos del partido» jugarán al Juego del calamar y recompondrán el partido con purgas y expulsiones.
«Los congresistas afines al magisterio, quienes llegaron con el partido, tienen un proyecto de partido propio. (La recomposición de la bancada) no implica una colisión política, sino un reordenamiento estratégico».
En el bloque de no-maestros, Cerrón tampoco maneja todo. Hildebrandt en sus trece había informado que dentro de esa facción, hay un ala moderada liderada por Betsy Chávez, la actual ministra de Trabajo que hace poco fue el punto de raje en el chat de Perú Libre.
Ahora entiendes por qué el cerronismo también ha dicho que no está de acuerdo con el nombramiento de sus militantes Betsy Chávez y Dina Boluarte como ministras, pues dicen que no ha nacido de una propuesta partidaria, sino de «actos estrictamente individualistas».
Y aunque se ha dicho que el nombramiento de Luis Barranzuela como ministro del Interior es la cuota de poder que tanto pedía Cerrón, lo cierto es que esto tampoco lo ha satisfecho. Algunas fuentes le dijeron a Híldebrandt en sus trece que el ministro es la cuota de Guillermo Bermejo (su exdefendido), no de Cerrón. Bermejo, por cierto, ha anunciado que sí dará su voto de confianza.
La respuesta de Castillo para el líder tuitero ha llegado en forma de indirecta bien directa: «Hoy hasta con un tuit piensan que se cambia el país y así no es». Vásquez también les mandó su chiquita y lamentó que «no primara la sensatez». Bellido le contestó que nunca la vio en la lucha del pueblo. Que alguien le avise que Vásquez fue abogada de Máxima Acuña contra la poderosa Yanacocha.
Y así es como Cerrón intenta convertir su bancada en la izquierda obstruccionista que la extrema derecha necesita.