Dice que le hacen cargamontón. Pobrecito…

Fue ayer y quiero ya no recordarlo que el suspendido fiscal Carlos Ramos Heredia se dio una vuelta por los estudios de Radio Programas del Perú (RPP) para que converse con lo entreviste mi tío Chema Salcedo. Recordemos, por favor, que Ramos Heredia tiene todo esto por lo cual responder:

• Todo (en serio, todo) lo referente al caso La Centralita

• El sinnúmero de irregularidades del caso Edita Guerrero

• Sus vínculos con los Sánchez Paredes

Entre otras joyitas que puedes ir leyendo (casi) todo lo que hemos escrito sobre él…

Y esto es lo nuevo

Un poco de contexto: Ramos Heredia fue para dar su versión luego de que Cuarto Poder denunciara que el suspendido fiscal justificó gastos de 11 mil 762 nuevos soles con boletas «por consumo» de un restaurante en Lurín -donde se asume que iba a empujarse chicharrones- pero que en realidad no lo es. Solo existe en el papel. La dirección es recontra falsa. Mira el reportaje:

https://www.youtube.com/watch?v=hbErrFFp7hI

Todo esto es muy, muy grave…

Y esto fue lo que respondió

Ojo con esta frase:

Debo puntualizar de manera clara y enfática que esto es parte de una campaña. A mí me vienen investigando en el CNM (Consejo Nacional de la Magistratura), se han desvirtuado las imputaciones y ahora tratan de vincularme a unas supuestas boletas de una supuesta empresa que es fantasma, que no existe. Todo el mundo en el Ministerio Público sabe que esa empresa existe. Es la que nosotros conocemos con mucho cariño como Capuchino. Es una empresa proveedora de alimentos que hace más de 15 años provee al Ministerio Público

En resumen: Ramos Heredia dice que todo está en regla, que la empresa esta, donde gastaba hasta 400 soles por jamancia, antes operaba en el piso 11 del Ministerio Público y que, en todo caso, eso de que su local no existe es «subsanable». Pero sobre haber presentado boletas de tres almuerzos distintos en un mismo día no dijo nada. Tampoco se lo preguntaron.

Todo lo que la gente hace para justificar su «chicharrón», aunque sabemos que ese no es el único ni el más grave.