corrupción , noticias , politica miércoles, 15 abril 2015

Algo apesta aquí: Metimos nuestras narices en La Guerra de los Pañales y esto es lo que salió

En políticas todos comienzan como amigos.

Grandes frenemies de la historia: Clark y Lex. Anakin y Obi Wan. Carmen y Ana. Foto: Andina

La guerra de los pañales ha estallado, embarrando todo a su paso. 8 millones de pañales son las armas esgrimidas por Ana Jara y Carmen Omonte, quienes alguna vez fueron amiwis, besties, BFFs. Ahora, cada vez que se encuentran, ni se hablan.

Esta es la historia de una guerra que se concibió al interior del Ministerio de la Mujer (donde ambas fueron ministras) y que ahora está en manos de la Controlaría determinar cuál de las dos tendrá que cargar con el peso de los pañales sucios.

 

Episodio 1: Los Pañales Fantasmas

Los pañales en el almacén de San Luis. Foto: IDL.

Los pañales en el almacén de San Luis. Foto: IDL.

El caso fue revelado por Romina Mella de IDL Reporteros: en el 2013, cuando Ana Jara era la ministra de la Mujer, su gestión decidió comprar con carácter de urgencia 8 millones 240 mil pañales. El gasto total de este acelerado proceso le costó al Estado nada menos que 6 millones 143 mil 700 soles. Además, no los compró a un proveedor barato, sino a Kimberly Clark.

Ahora, la pregunta es clara, ¿por qué pañales, había una demanda real que justificara esta compra? Según el mismo portal no había excusa para esta adquisición:

«No había demanda para la compra de los pañales, ni había tampoco planes de almacenamiento y distribución.»

Ana Jara la ha dicho a Panorama que el ministerio tenía que «stockearse» de determinados insumos para casos de emergencias, pero no estaba realmente segura de por qué se realizó la compra. Que le pregunten a los funcionarios encargados, dijo Jara.  Según Carmen Omonte –que sucedió a Jara en el ministerio– cada vez que ella visitaba una comunidad siendo ministra de la Mujer nadie le pedía pañales, pedían otras herramientas básicas, pero pañales no.

“… Si vas a una comunidad nativa, a un lugar pobrísimo, la gente está esperando otras cosas. […] [Los pañales] no es lo primero que te pide un alcalde. Piden herramientas, botas, frazadas”.

Pero no nos adelantemos. Sigamos con Ana Jara. Imaginemos que, por un momento, la futura primera ministra encontró una insólita demanda de 8 millones de pañales en nuestro país. Lo lógico hubiera sido que los repartan, ¿verdad?

Pues es aquí la cosa se pone peor.

En la gestión de Jara sólo se entregaron 89 mil 202 pañales. Es decir, alrededor del 1% del total. Desde la compra de los pañales hasta que Ana Jara dejó el puesto de ministra de la Mujer sólo pasaron 6 meses. Aunque, claro, el 1% sigue sonando bajísimo. Pero sigamos con la historia.

 

Episodio 2: El ataque de Omonte

"Aguanta, esos pañales no son míos".

«Aguanta, esos pañales no son míos». Foto: Espacio360.

Cuando Carmen Omonte juró como la nueva ministra de la Mujer, en febrero de 2014, no se enteró inmediatamente de la existencia de los pañales. Tuvieron que pasaron casi tres meses para que se diera cuenta que en un almacén de Villa El Salvador habían, literalmente, MILLONES de pañales abandonados.

Según cuenta, ella comenzó a repartirlos lo más rápido que pudo y logró que entre marzo y diciembre del 2014 se entregaran 2 millones 148 mil 385 pañales. Casi el triple de lo que Ana Jara logró.

Sin embargo, en este período los pañales restantes fueron trasladados de Villa El Salvador a un almacén de San Luis. Y aquí es donde realmente la cosa se pone fea para Omonte también.

En este trasladado, a ningún funcionario de su gestión se le ocurrió realizar un conteo de los pañales para saber cuántos habían realmente en Villa El Salvador y cuántos llegarían a San Luis. Sobre todo si se tenía en cuenta que el almacén de San Luis era más pequeño. Aún así, nadie hizo el conteo y esto se volverá un gran problema, como veremos adelante.

Llegó diciembre del 2014 y la Dirección General de Medicamentos, Insumos y Drogas (DIGEMID) del ministerio de Salud, intervino el almacén de San Luis y encontró pañales en mal estado y un gato durmiendo sobre ellos.

«El almacén estaba sucio, había un gato y algunas bolsas rotas de pañales. La DIGEMID decidió inmovilizar los pañales, parar su distribución mientras realizaba pruebas para determinar si estaban en buen estado o no».

Fue en este momento que Omonte se dio cuenta realmente que ella cargaría con todos los pañales descompuestos. Para evitarlo, pidió a un laboratorio particular, Hypatia, el análisis de los pañales, quienes determinaron que aún podían ser distribuidos.

Pero el escándalo ya había reventando y ella era la más salpicada.

 

Episodio 3:  WhatsApp Wars

Descripción de una pelea virtual.

Descripción de una pelea virtual.

Uno de los primeros medios en hurgar sobre el tema de los pañales fue la revista Velaverde que recogió el informe de la DIGEMID sobre los pañales en mal estado y además aseguró que fueron comprados con fines proselitistas.

«Parte de una adquisición por cerca de ocho millones de soles en pañales para recién nacidos y adultos mayores, que se realizó durante la gestión de Ana Jara Velásquez como titular del Ministerio de la Mujer y Poblaciones Vulnerables (MIMP), ha terminado malográndose en las ins­talaciones de este portafolio, a cargo de Carmen Omonte Durand».

Según IDL-Reporteros, esta noticia se filtró desde el lado de la PCM. ¿Y quién estaba al mando en ese momento? (Sí, han pasado tantos que es fácil equivocarse) Pues nada menos que Ana Jara.

Ante esto, Carmen Omonte no se quedó callada. Al contrario, liberó al monstruo porque pidió que la Controlaría audite el proceso de compra, almacenaje y distribución de los pañales. O sea, justo las etapas que correspondían a la gestión de Ana Jara como ministra de la Mujer.

Esto desató la primera batalla virtual, que para deleite de los hackers se realizó en un seguro WhatsApp, al que ambas ex ministras son adictas. IDL lo narra así:

«El chat de WhatsApp se calentó con la vehemente discusión entre Ana Jara y Carmen Omonte. Jara acusó a Omonte de haber filtrado a la prensa que hubo irregularidades en la compra de pañales –realizada, como se sabe, durante su gestión. Le increpó a Omonte que pese a haber tenido tiempo para repartir todos los pañales, no lo había hecho. 

Carmen Omonte, a su turno, recordó a Jara que en su período se habían repartido dos millones de pañales, aunque se abstuvo de recordarle que Jara apenas había repartido 89 mil en seis meses de gestión. Pese a sugerirle a Jara que el asunto quedara ahí, le confirmó haber escrito al contralor para que investigue la compra, almacenaje y distribución de los pañales, durante ambas gestiones».

Carmen Omonte intentó hablar con Ollanta Humala pero el presidente ni lo dudó. Entre una ministra de su partido y una invitada, optó por Ana Jara.

Y así llegó febrero del 2015 y Carmen Omonte dejó el ministerio de la Mujer y volvió a su escaño congresal. Y cuando creía que por fin se había sacado de encima el bulto de los pañales malogrados, recibió una llamada de la nueva ministra de la Mujer, Marcela Huaita, cercanísima a Ana Jara, quien le dijo que acababan de hacer un conteo de los pañales y le anunció que se había detectado el robo de un millón y medio de pañales.

¿Cuándo se habían perdido estos pañales? ¿En la gestión de Jara o de Omonte? ¿Durante el trasladado a los almacenes? Ahora entienden por qué Carmen Omonte votó a favor de la censura a Ana Jara…

Y entonces estalló la bomba de IDL-Reporteros. Sí, todo esto que han leído ha sido solo la precuela.

Ahora empieza la guerra de verdad.

 

La próxima trilogía: Rápidas y furiosas 

Con mirada de: "A mí no me la haces".

Con mirada de: «A mí no me la haces». Foto: Peru21.pe.

Cuando IDL – Reporteros lanzó su investigación, parecía que Omonte había concretado su contraataque, pero, ahora, legalmente parece que las que tiene de ganar es Ana Jara, pues fue durante su gestión que se hizo el último conteo de pañales. Como les dijimos párrafos arriba, pese a que Omonte fue la que más repartió los pañales, no se le ocurrió ni por asomo contabilizar los pañales que recibió su gestión

Así que ahora la guerra es total, abierta y declarada. Ambas salen en todos los medios posibles a decir que la culpa es de la otra. Sus posiciones se resumen fácilmente: Omonte dice que el problema es la compra (en la gestión de Jara):

“En esta denuncia del procurador se especifica que se hizo una compra sin tener un plan de distribución y sin tener una demanda. Cuando se hace una compra en un sector como el nuestro se tiene que demostrar cuál es la necesidad que se va a satisfacer, cuál va a ser el proceso de distribución y, por supuesto, cómo vas a almacenar esos productos. No había ninguno de esos reportes en el caso de la compra de pañales”.

Y esto es lo que dice Ana Jara:

“Los bienes terminaron de ingresar a los almacenes del Ministerio de la Mujer en noviembre de 2013. A pocos 3 meses yo abandono el sector y dejo ese lote de stock como consta en mi cargo de entrega. Papelito manda».

O sea, para Jara, el problema es la desaparición de los pañales (en la gestión de Omonte).

“Tengo que ponerlo así de claro: Si dejas en calidad de depósito un televisor y luego la casa te dice que se perdió, es el colmo que la casa afirme que la culpa es tuya y pregunte quién te mando comprar el televisor. Eso es lo que nos quiere vender la señora Omonte: ‘la culpa la tiene la gestión de Jara por comprar tantos pañales”.

Mientras tanto, los pañales siguen almacenados y sin poder distribuirse. La guerra se ha trasladado ya al Congreso, la Fiscalía y la Contraloría. Dos de las mujeres más prometedoras de la política peruana han entrado en curso de colisión y todo indica que solo una saldrá victoriosa. Prepárense.

rppc

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