sociedad jueves, 29 noviembre 2007

Alerta en el Callao

foto CARETASPuede correr sangre. Y no por obra de los estibadores en huelga. Vía Perú.21:

Finalmente, un indignado José Chlímper declaró que se pondrá a disposición del Gobierno para recuperar el puerto del Callao tomado «por 600 malnacidos sindicalistas». «Con mis armas, con la licencia de Discamec, mañana tomaré el puerto. Si la Marina no puede, yo sí«, fustigó.

Ése es el empresariado que el Perú necesita: respetuoso de las reglas de juego y el estado de derecho. Preocupado por escuchar al otro y listo para dialogar con tal de reducir la brecha social, que no conviene a nadie.

Los estibadores no tienen horario de refrigerio ni servicios higiénicos. Ganan una miseria y son empleados en condiciones de informalidad inauditas en la región (aunque los explotadores son un grupo de empresas, precisamente informales; hay otras que sí cumplen y que se ven injustamente perjudicadas por la paralización).

Es verdad que su dirigencia los utiliza para ganarse alguito (tienen un pliego de reclamos un día, y a la mañana siguiente, se radicalizan). Pero es la historia de siempre: si no fueran maltratados, no existiría un Abimael/Humala/Huaynalaya que jale agua para su molino aprovechándose de su rabia. Rabia que, por cierto, se incrementa al ver a uno de los que sí son parte del boom exportador -que los estibadores ven todos los días pero no tocan – amenazarlos con un arma.

Pero también: Huelga cuesta US$50 millones diarios (Correo)

POSTDATA (3:25 pm): Se leventó la huelga (RPP)