corrupción , noticias , politica , sociedad miércoles, 14 junio 2017

A pedido de Kenji, esta es la historia real del informe Kroll y por qué no es una buena noticia para él

Amigo, Kenji, en serio, no lo hagas. Imagen: Útero.Pe

Amigo, Kenji, creo que eres el Snape de tu padre Voldemort.
Imagen: Útero.Pe

Hay algo que está quitándole el sueño a Kenji y no son videos del los 90 tiene nada que ver ni con su hermana ni con Ana Vega. A su preocupación se ha sumado el congresista Héctor Becerril. ¿Qué pasa con los fujimoristas? Sucede que le quieren hacer frente a un fantasma de hace 15 años. Un enemigo que no conocen pero que ya enfrentan. Se trata del:

Informe Kroll

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(Nosotros entregándoles el Informe Kroll).

¿Qué han dicho los naranjas sobre este documento? Repasemos:

«Mi padre no tuvo cuentas de la corrupción, en ningún lugar del mundo. Informe Kroll lo confirmó por eso desapareció».

“La hora de la verdad ha llegado. Ha llegado la hora de parar esta persecución contra mi padre».

“Nosotros vamos a investigar qué pasó con el Informe Kroll, dónde está, por qué lo ocultaron, quién lo ocultó […] La misma ministra [Marisol Pérez Tello] ha dicho que ella no puede certificar que esos borradores sean copias de la original. También eso investigaremos: son copias verdaderas, no son copias verdaderas, todo eso hay que investigar”.

Como somos buena gente, hemos decidido ahorrarle el trabajo al Kongreso y contaremos lo que sucedió con el Informe Kroll sobre Fujimori, cuyo resumen ejecutivo ya lo publicó nuestro sen sei Juan Carlos Tafur en diario Exitosa.

1. Kroll llega al Perú (de nuevo)

Cuando cayó Alberto Fujimori, semanas después del primer vladivideo con su fuga del país y su posterior destitución por incapacidad moral, el aparato de justicia puso manos a la obra y lo que encontró era muy maleado.

En diez años en el poder, los gobernantes habían afinado sus mañas para adueñarse del dinero de todos los peruanos (a Montesinos, por ejemplo, le encontraron millones en distintos bancos).

La Procuraduría Anticorrupción, la institución encargada de recuperar los fondos sustraídos, estaba a cargo, en esa época de José Ugaz. En ese puesto lo sucedió Luis Vargas Valdivia en marzo del 2002. Fue durante la administración del segundo en que se solicitó al Ministerio de Justicia la contratación de un equipo especializado en rastreo de dinero.

Al recibir el pedido, el entonces ministro de Justicia, Fernando Olivera, propuso a la compañía Kroll Associates. Popy ya tenía experiencia con ellos cuando la empresa investigó las cuentas del expresidente Alan García, inmediatamente después de su primer gobierno (caso BCCI, Tren eléctrico, etc.). Coincidentemente ambas investigaciones (la de Alan y la de Fujimori) quedaron truncas por decisiones políticas. En fin, aprobado todo, Kroll puso manos a la obra en su nuevo caso.

¿En qué consistía el trabajo?

  • El contrato era por seis meses. El costo aproximado fue de 350 mil dólares. Se firmó el 10 de julio del 2002.
  • Cada mes, Kroll remitía un informe de avance de chamba original al ministro de Justicia y este le enviaba una copia a la Procuraduría Anticorrupción.
  • La Procuraduría leía el informe y remitía una evaluación.
  • En total fueron seis informes (tomos) entregados de investigación y cinco las evaluaciones de la Procu a cargo de Vargas Valdivia. La primera evaluación se hizo sobre en primer y segundo informe.

Ya pero dónde está, quiero saber, DIME DIME DIMEHHH

Paciencia y buen humor.

2. Ups, problemas

No todo con Kroll fue color de rosa. El equipo Kroll se movía entre Perú y Japón. Ni la Procuraduría ni la embajada del Perú en ese país estaban permitidos de participar en la investigación. El gobierno peruano nombró a la abogada Denisse Ledgard como asesora civil en la embajada para coordinar las investigaciones sobre el caso. Denisse fue pieza clave, además, para la extradición de Fujimori.

Todo iba bien hasta la presentación del primer y segundo informe. Como lo suponen, Kroll hizo poco. Y así lo indica la primera evaluación que la Procuraduría Anticorrupción elevó al despacho del entonces ministro de Justicia, Fausto Alvarado, quien sucedió a Popy en ese cargo.

Cuando Alvarado leyó el documento, llamó a la Procuraduría para sugerir que cambien un poco la crudeza de su parecer. Sin embargo, todos los adjuntos cerraron filas e insistieron en que Kroll debía mejorar su trabajo. Y lo hizo.

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(Cuidado con lo que pides, puede que aparezca como Beatrix Kiddo).

Los siguientes cuatro tomos marcaron líneas de investigación bastante sólidas (para seis meses rastreando), como la triangulación de llamadas entre Keiko y varios personajes ligados a su padre. En los siguientes informes de evaluación, hasta el último, el despacho a cargo de Luis Vargas Valdivia recomendó continuar con el trabajo.

3. No nos llames, nosotros te llamamos

Al final de los seis informes, con las líneas de investigación bien planteadas y con la Procuraduría a favor de continuar con el trabajo (sea Kroll u otra empresa del mismo rubro), increíblemente el gobierno de Alejandro Toledo decidió no profundizar más.

¿Qué sucedió?

Por más recomendaciones que haya podido hacer la Procuraduría, la decisión la debía tomar el ministro de Justicia, Carlos Gamarra y el presidente de la República, Alejandro Toledo y al principio se decidió renovar. Sin embargo, a pesar de haber firmado un contrato para continuar, el 14 de setiembre del 2004 se resolvió el acuerdo con Kroll y la investigación quedó más trunca que tu última relación sentimental.

Nosotros conversamos con algunos abogados del Estado de esa época, quienes, reservando su identidad, nos comentaron que el ministro pedía que Kroll asegure encontrar millones o que armen una especie de investigación preliminar (a ese nivel de detalle), pero esa labor está a cargo solo de la Fiscalía. Ante la negativa (y caras de sorpresa) de los representantes de la empresa, quienes no podían asegurar que eso lo pudiesen hacer en seis meses, el Estado retrocedió. Se trató de un formalismo innecesario que disfrazaba una decisión política de algún gobernante con rabo de paja.

Este Útero intentó comunicarse con el exministro Gamarra, pero no tuvimos éxito aunque llamamos en reiteradas oportunidades a su oficina. A Toledo no pudimos ubicarlo por estaba resaqueado obvias razones.

4. Las tres entidades

La Procuraduría Anticorrupción envió los informes de Kroll a la Fiscal de la Nación de esa época, Nelly Calderón. Poco o nada se ha usado o se ha profundizado en las líneas de investigación dejadas por Kroll.

Tres meses después de que el Estado anuló el contrato con Kroll, Luis Vargas Valdivia dejó el cargo como Procurador Anticorrupción. Su salida fue una decisión de Alejandro Toledo en castigo porque Vargas Valdivia, como abogado del Estado, resultaba incómodo al gobierno de turno. 

Antes de irse, según lo que nos comentan abogados de la Procuraduría de esa época, el procurador, con notario presente, dejó constancia de que no se llevaba ningún documento de su despacho, entre ellos, cómo no, la copia del informe Kroll, del que también se dejó un archivo digital.

Así las cosas, para el 2004, ya eran tres las entidades que tenían una copia del informe: Procuraduría, Fiscalía y Ministerio de Justicia.

5. ¿Y cómo es eso de que se perdió?

En el 2005 recién se dieron cuenta de que un tomo se había «perdido» del despacho ministerial de Justicia. Estaba en caja fuerte y alguien se lo llevó y lo reemplazó por una copia. Para esa época salieron reportajes periodísticos basados en parte de la investigación hecha por Kroll, uno de ellos el de nuestro amixer Daniel Yovera para La Primera, el diario que en esa época dirigía Juan Carlos Tafur.

La pérdida del informe ya ha sido investigado anteriormente, en el 2007, por mandato de la Contraloría y de la Oficina de Control Interno del Minjus.

Tampoco es la primera vez que el fujimorismo pide la totalidad del contenido del informe Kroll. En el 2007 se solicitó con un hábeas data al Poder Judicial que se les remita copia de ese documento, sin embargo el pedido fue rechazado al tratarse de una investigación confidencial.

El informe existe y no es nada favorable para Alberto Fujimori. Que hayan sustraído los originales no quiere decir que nadie tenga copia de ese documento. Está en la Fiscalía de la Nación, en la Procuraduría Anticorrupción y en el despacho de la ministra Marisol Pérez Tello.

Más que investigar quién se lo llevó, sería más paja que se continúe con el trabajo que se empezó, ¿o no?

Bonus Track

Como nosotros somos buena gente, les vamos a regalar una presentación en Power Point que resume lo más importante del documento. Está en idioma facilito para que hasta Becerril entienda que el informe es su peor fantasma.

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