noticias , sociedad Miércoles, 25 noviembre 2020

Las redes despiden a Maradona endiosándolo (más), cancelándolo y confundiéndolo con Madonna

De Maradona no hay mucho nuevo que contar: falleció hoy de un paro cardíaco a los 60 años y gran parte del mundo lo llora (por su indiscutible legado futbolístico y hasta por su posición política), mientras que otra, lo cancela (por sus denuncias de violencia de género, transfobia y hasta pedofilia).

Intervención: Útero.Pe

Intervención: Útero.Pe

#TeLoResumo ha hecho una excelente e irónica síntesis de las tres reacciones que hubo hoy por la muerte de Maradona: «Las tendencias de hoy de Twitter me demuestran que en el mundo hay tres tipos de personas: los que aman a Maradona, los que odian a Maradona y los disléxicos que lo confunden con Madonna«.

El d10s zurdo

Los fans del Diego son eso, fans. Su innegable arte en la cancha enloqueció futbolísticamente a varias generaciones que no dejan de recordar, como si fuera un encuentro de ayer, los dos goles de Argentina contra Inglaterra. Los mismos que se celebraron como si se tratara de una revancha bélica por las Malvinas. Eduardo Galeano lo describía bastante amigablemente así:

«Maradona fue adorado no sólo por sus prodigiosos malabarismos sino también porque era un dios sucio, pecador, el más humano de los dioses. Cualquiera podía reconocer en él una síntesis ambulante de las debilidades humanas, o al menos masculinas: mujeriego, tragón, borrachín, tramposo, mentiroso, fanfarrón, irresponsable».

Maradona no solo era un ídolo futbolístico, sino también uno político. Sus fans de izquierda reafirmaban su incondicional admiración por él cuando lo veían al lado de las Abuelas de la Plaza de Mayo, de Hugo Chávez o de Fidel Castro, cuyo rostro tenía tatuado en la pierna izquierda. Fue una faceta que nunca ocultó, como recuerda El Tiempo:

«Maradona era capaz de hablar de fútbol por horas, pero también de política. Lo demostró durante el Mundial de Brasil en el programa ‘De Zurda’, junto al periodista Víctor Hugo Morales. (…) En ese espacio televisivo, Diego aprovechó para recordar a Hugo Chávez y para hacer pública la correspondencia que sostenía con Fidel Castro».

El dios cancelado

Pero si Maradona era un dios, más se parecería a uno griego. A uno con miserias humanas que lindaban con lo delictivo. «Defectos» que sus seguidores hoy intentan evadir por el comprensible duelo, pero que otros reviven con dureza. Y no hablamos de su pasada adicción a las drogas que los memes siempre recuerdan, sino a las acusaciones de violencia en su contra:

  • Santiago Lara, uno de sus supuestos hijos no reconocidos, lo acusó de haberlo tenido con su madre cuando esta aún era menor de edad. Además, en marzo publicaron una foto de 1986 en Cuba, en la que se mostraba a Maradona abrazado con dos mujeres desnudas, también presuntamente menores.
  • En 2014, su expareja Rocío Oliva lo acusó (con video incluido) de haberla agredido físicamente. «No soy un un pegador, pero era para arrancarle la cabeza a Rocío Oliva», respondió Diego en su momento como ¿defensa? Cinco años después, otra de sus exparejas lo denunció por violencia psicológica.
  • Su trato hacia la mujer también incluyó hijos no reconocidos: «Once hijos (varios no reconocidos) de nueve mujeres diferentes», resumió Vanifty Fair.
Imagen: Captura de Twitter

Imagen: Captura de Twitter

Imagen: Captura de Twitter

Imagen: Captura de Twitter

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Este pasado es el que justamente ha levantado polvo en redes. Quienes lo endiosan son cancelados por doble moral y quienes lo demonizan son tildados de santurrones moralistas. O sea, la misma mecha virtual de siempre.

RIP, Madonna

Pero no podría ser un epitafio virtual sin memes. Y esta vez los que fueron tendencia mundial fueron los que no mencionaban a Maradona, sino a Madonna. Sí, la estrella del pop fue confundida con el argentino y el resultado es este:

Queda claro que poco a poco muere aquello de que «no hay muerto malo» y que las redes no perdonan ni a los «dioses». Y sí, amixes: se puede ser un ídolo futbolístico muy popular y al mismo tiempo un violentador (y peores miserias) en la vida privada. Bienvenidos a la realidad.