discriminación , economía , internacionales , noticias , politica , redes sociales , sociedad Lunes, 15 junio 2020

Así nos ven: el New York Times retrata cómo la desigualdad económica nos explotó en la cara en plena pandemia

Hay una verdad irrebatible. En marzo pasado, el gobierno de Martín Vizcarra tomó las mejores decisiones para enfrentar la pandemia del coronavirus. No lo decimos nosotros, lo dijo la prensa internacional.

ddd Imagen: captura eweb

Hace más de un mes, la prensa internacional destacaba las medidas del Perú para frenar la crisis por el coronavirus. 
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En marzo nuestro país era uno de los que mejor estaba enfrentando la pandemia.
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El gobierno ordenó la cuarentena obligatoria; repartió dinero para aquellas familias que se iban a quedar sin ingresos debido al encierro. Destrabó los mecanismos de compra para traer medicinas, ventiladores y pruebas. Las demás instituciones, aparte del Ministerio de Salud, también gozaron de este beneficio para proteger a sus miembros, como la Policía, las Fuerzas Armadas y los municipios.

A pesar de todo esto, la prensa nacional, la oposición, el número de contagiados y de muertos nos están gritando que nada de esto ha funcionado. Somos el segundo país en Latinoamérica que está sufriendo los embates de la pandemia a nivel sanitario y, por consiguiente, económico.

Pero, ¿qué hicimos mal? ¿En qué se equivocó Vizcarra?

La prensa internacional está tratando de explicarse hace ya unas semanas el extraño fenómeno peruano. Esta vez, el prestigioso New York Times publicó un reportaje que difícilmente veremos los medios nacionales. Bajo el título «El virus exhibe las debilidades de la historia de éxito de Perú», se trata de un retrato doloroso que muestra una bonanza económica construida sobre un castillo de naipes, donde lo único estable verdaderamente estable y robusto es la desigualdad económica y social.

«La crisis ha estropeado el barniz de progreso económico de Perú, y expuso la desigualdad y la corrupción fuertemente arraigadas que han obstaculizado la respuesta a la pandemia».

El New York Times hace un repaso sobre la fragilidad de nuestro progreso económico ‘sostenido’ en estos últimos veinte años, con una clase media tan débil que, con crisis como la que vivimos, se vuelve automáticamente pobre.

«Pero el confinamiento ha expuesto la fragilidad del progreso económico de Perú, dijo Pablo Lavado, economista de la Universidad del Pacífico en Lima. Dos décadas de crecimiento económico elevaron muchos ingresos pero no abordaron la profunda desigualdad y trajeron pocos empleos estables y poca inversión en atención médica, lo que redujo la efectividad de las medidas contra la pandemia del presidente Vizcarra».

Sobre la clase media en nuestro país también se ha hablado en la prensa nacional. Sin embargo, la lectura es distinta. Un informe de El Comercio y el Instituto Peruano de Economía (IPE), de hace exactamente un año, destacaba el ‘incremento’ de la clase media en nuestro país. Colocaban cifras positivas de más gente ganando más dinero, dejando atrás la pobreza y engrosando la clase media.

Este es un informe de El Comercio y el IPE solo de hace un año. El espejismo que nos querían hacer ver. Imagen: captura web IPE

Este es un informe de El Comercio y el IPE solo de hace un año. Lo que muestran es solo un espejismo. No era la verdad.
Imagen: captura web IPE

La desigualdad es poco abordada en los medios masivos porque es un tema que incomoda tanto a los dueños de esos medios como a los dueños de las empresas que colocan su publicidad en dichos espacios. Contrariamente, los medios alternativos sin espaldas económicas sí han tratado de colocar el tema en discusión desde hace varios años. El economista Pedro Francke es uno de los que más ha hablado sobre desigualdad en sus columnas de opinión en el semanario Hildebrandt en sus trece y en su blog personal. 

Este párrafo es tomado de un artículo de febrero del 2019, para comparar su contenido con el discurso de lo que los grandes medios de comunicación:

«Una reciente tesis doctoral de Ioana Van Deurzen de la Universidad de Tilburg University, aunque se basa en datos mundales, obtiene algunos resultados particularmente relevantes para nuestro país. Uno primero es que encuentra que una mayor desigualdad genera un menor acceso a los servicios de salud y un incremento de la anemia, algo que vale la pena tener en cuenta dado el grave índice de anemia que afrontamos. Uno segundo es que encuentra que los efectos negativos de la desigualdad sobre la salud mental afectan a los países de ingresos bajos y medios como el Perú. (…) Van Deurzen encuentra que la desigualdad genera más corrupción, y que este efecto es importante en producir infelicidad».

Pero a la desigualdad económica no es la única variable en esta crisis. El New York Times explica que otro de los motivos por los que más sufrimos por la pandemia ha sido la corrupción. En la Policía, por ejemplo, los malos manejos del dinero público provocaron que miles de sus miembros se contagien y decenas mueran a causa del virus.

«Los fiscales anticorrupción han abierto más de 500 investigaciones desde que comenzó el confinamiento, el 16 de marzo, y a menudo investigan informes sobre funcionarios que se embolsaron dinero destinado a ayuda alimentaria o equipos de protección personal. Más de veinte casos tienen que ver con la policía o las fuerzas armadas».

Así nos ven. Intervención: Útero.Pe

Así nos ven.
Intervención: Útero.Pe

La crisis desatada por la pandemia está provocando que millones de peruanos retornen a situaciones de pobreza. No solo porque dejan de percibir dinero, sino porque el acceso a la salud y a la educación -dos servicios que se han visto expuestos en esta pandemia- es justamente la variable más importantes a la hora de medir la desigualdad.

Ni el encierro obligatorio, ni las compras apresuradas de medicinas o el aumento de camas en hospitales han podido con más de 30 años de profunda brecha social y corrupción galopante. La bonanza económica por la que nos felicitaban hasta hace unas semanas era mentira.