libertades , noticias , sociedad Martes, 17 diciembre 2019

Aquí te contamos por qué los trabajadores están hartos de que les llamen «colaboradores»

Con dos días de duelo, Mc Donald’s intenta mostrar empatía con la muerte de sus dos trabajadores. Empatía que no ha tenido con los familiares, según ellos mismos denunciaron. Pasa que las respuestas de Arcos Dorados son tan sanas como sus hamburguesas. En su último comunicado, por ejemplo, no deja de referirse a sus trabajadores como «colaboradores».

Imagen: Mc Donald's Perú

Imagen: Mc Donald’s Perú

Pero esa chapa ha molestado —con bastante razón— a muchos que consideran que llamándolos así se minimiza su chamba y, por default, sus derechos laborales.

Tú colaboras, no trabajas

La idea que hay detrás de ese apelativo es, en palabras de los empresarios, que el trabajador «se ponga la camiseta de la compañía». Aquí hay una definición idílica sobre qué significa ser un «colaborador»:

«Un colaborador hace honor a su denominación, colabora. Interactúa, está a la par de los dueños, empresarios, etc. Se capacita constantemente y forma parte del proceso de decisiones, opina y comparte sus ideas. (…) El colaborador soluciona sin tener que cumplir con una burocracia establecida, gestiona y es incentivado a desarrollar sus ideas».

Intervención: Útero.Pe

Intervención: Útero.Pe

En palabras sencillas, ser colaborador es darlo todo sin poner peros y acordarte de tu sueldo en última instancia.

Sino solo miren a este coach que expone que la diferencia entre un trabajador y un colaborador es que el primero solo busca que le paguen (o sea, como casi todo el mundo que necesita dinero para sobrevivir), mientras que el segundo se compromete con la empresa. ¿Y qué pasa si detectas a un «trabajador» en lugar de un «colaborador»? Pues lo botas:

«Pregúntale al postulante: ‘¿Por qué estás queriendo buscar empleo en mi empresa?’. (…) Cuando el interés es económico, carece de un propósito y ese propósito no hará que se entregue ni dé lo mejor en su día a día, sino que esté esperando que le pagues, está urgido de dinero. ¡Fuera!».

Colabora y calla

Para que no pienses que es exagerado criticar el uso de ese título, te dejamos el link de un artículo que escribió la antropóloga chilena, Karina Narbona. Ella explica cómo esta denominación «contrasta con lo escasamente retribuido que es el trabajo en las grandes empresas» y cómo muchas veces no permiten que los trabajadores se organicen en sindicatos.

«El eufemismo podría ser inocente, pero no lo es. Detrás de este lenguaje opera un verdadero cambio en la forma de presentar a los trabajadores en la empresa moderna, que busca demostrar que no existen diferencias, que no hay subordinados, dependencias, asimetrías y explotación, solo una gran familia donde todos colaboran y comparten las mismas condiciones. De ahí también la alusión a ‘líderes’ en lugar de ‘jefes’, pues los líderes ‘guían’, no mandan».

Un ejemplo de esa contradicción es el caso de Saga Falabella, que en su página llama de igual forma a sus trabajadores, pero que (más allá de quién tenga la razón) no tiene contentos a muchos de ellos, pues vienen reclamando desde hace más de un mes un aumento de sus sueldos.

Imagen: Captura Web Saga Falabella / Twitter

Imagen: Captura Web Saga Falabella / Twitter

La manipulación de la palabra es tal, que ha logrado lo impensable: que Rosa María Palacios y los rojos del SUTEP coincidan en sus críticas al uso del «colaborador» en lugar de «trabajador»:

«Colaborador implica eventualidad (es decir, hay un día que yo colaboro y hay otro, que no colaboro) e implica voluntariado (si te pido que colabores no es algo que te toque hacer, es algo que generosamente tú estás haciendo porque te pido que me colabores)».

Así que ya sabes, pásale este post a la gerencia de Recursos Humanos de tu chamba por un correo anónimo porque sino no te renuevan contrato para que deje de llamarte «colaborador/a».