noticias Lunes, 30 septiembre 2019

«Esto nunca fue una crisis política, sino el ataque de una mafia organizada»

Escribe Marco Sifuentes:

Ojo: el congreso se ha disuelto pero no ha cerrado. Esta es la principal diferencia de hoy con el 5 de abril. Pero no la única.

"No nos queremos ir, Sr. Vizcarra". Foto: Utero.pe

«No nos queremos ir, Sr. Vizcarra». Foto: Utero.pe

Más que un cierre, es una regeneración. La actual Comisión Permanente (¡con mayoría fujimorista!) continuará funcionando hasta que los reemplazantes sean elegidos y asuman su función.

Por tanto, no habrá nunca un desequilibrio de poderes.

(Al contrario, esta renovación permitirá restaurar un balance perdido, desde que el aprofujimorismo decidió que abusar de su mayoría artificial sería el camino para evitar que sus líderes cumplan las sentencias penales que les corresponden)

Estos nuevos congresistas, que serán elegidos este año, “completarán el período” hasta el 21. Eso quiere decir que ni los sustitutos ni los evacuados podrían ser reelectos en las elecciones del bicentenario.

(Esto debido a que, para emplear una analogía futbolera, las reglas establecen que no se pueden reelegir a los jugadores del partido en curso. Ni titulares ni suplentes).

Esta es la principal diferencia.

La otra es que ni el Poder Judicial ni el Tribunal Constitucional ni los medios han sido intervenidos. Vizcarra tampoco pretende reelegirse.

Solo se ha ejecutado la Constitución de forma estricta.

Al fujimorismo se le dio la oportunidad de irse con tranquilidad, con adelanto de elecciones, al mismo tiempo que Vizcarra. Rechazaron la mano extendida.

Mejor. Que quede constancia de que esto nunca fue una crisis política, sino el ataque de una mafia organizada. La única culpable de todo esto se encuentra en Santa Mónica. y, gracias a la medida de hoy, allí quedará.