discriminación , libertades , noticias , politica , sociedad , violencia Viernes, 17 mayo 2019

2 casos contra policías son noticia, uno con justa razón y el otro una evidente discriminación

Hace varias semanas que los policías están siendo el centro de las noticias. Primero fueron los miembros de la División de Delitos de Alta Complejidad (Diviac) que llegaron al Congreso para ser hostigados interrogados tras la frustrada detención de Alan García, pero que terminaron trolleando a Jorgito del Castillo y su pandilla.

Pero los acontecimientos recientes no han sido tan divertidos como el show en el Congreso. Un policía en Piura está a punto de ser sancionado por bailar en una discoteca y otro grupo ha sido separado de su centro de labores tras ser acusados de actuar con indiferencia ante la desaparición de una niña que luego fue encontrada muerta y violada.

Estas dos noticias hablan de sancionar a efectivos de la PNP. Pero en el primer caso nadie salió lastimada o lastimado y en el segundo sí: dos niñas muertas, de nueve y once años, atacadas por un mismo hombre de 21 llamado Misael Ossco Quispe. Veámoslo por separado.

Indecorosa discriminación

Con todas sus letras. Imagen: Útero.Pe

Con todas sus letras.
Imagen: Útero.Pe

Un video en la discoteca sullanense «Gorditos y barbones» se viralizó en redes sociales. El protagonista, vestido en shorts y polo, es un policía y estaba acompañado de dos de sus compañeros. En medio de la juerga se subió a la mesa a bailar un reguetón por unos segundos y bajó riéndose con todos sus amigos.

  • Nadie en ese lugar sufrió lesiones que le provocaran la muerte o una discapacidad.
  • Ni el bailarín ni sus amigos llevaban algún distintivo de la gloriosa Policía Nacional del Perú.
  • Estaba en su día de franco, o sea, de descanso, de civil, como cualquier humano en este planeta.

Sin embargo, alguien en la Policía resultó afectado por las imágenes y decidieron abrirle un proceso disciplinario al agente.

Según lo que reportó Perú 21, «el jefe de la Oficina Disciplinaria de Sullana, Juan Manuel Perales Candiotti, solicitó un informe al jefe del Deincri, César Pérez Quispe, sobre el incidente».  Perú 21 también hace alusión al reglamento interno de la PNP, que sanciona actos contra la «moral y las buenas costumbres».

  • Dentro de la tabla de infracciones y sanciones leves, está una con el código L5 que indica lo siguiente:

«Proferir palabras o realizar gestos ofensivos o reñidos con la moral, urbanidad, las buenas costumbres y normas de cortesía».

  • La sanción va desde un apercibimiento (una advertencia) hasta tres días de arresto simple. Es una falta leve porque no implica la baja, o sea el despido.

Volvamos a ver el video del policía y preguntémonos:

  • ¿Alguien profirió palabras ofensivas?
  • ¿Alguien realizó gestos ofensivos reñidos con la moral, la urbanidad, las buenas costumbres y las normas de cortesía?
  • Solo es un policía bailando reguetón.

¿Cuál es el problema entonces para que le hayan abierto un proceso? Algo llamado rechazo a la actitud de un hombre bailando con otro hombre un reguetón y meneando el cuerpo juntos. Esa es una falta, claro, en la cabeza de un homofóbico, es decir, un potencial discriminador por orientación sexual.

El enfoque de género impulsado por el gobierno sirve, precisamente, para que ningún superior en la Policía le abra proceso a un subalterno por haber bailado en una discoteca con otro hombre. 

Lo peor es que ninguna de estas notas de estos medios se preguntó por qué carajos se abre un proceso a alguien por bailar. Imagen: captura web

Lo peor es que ninguna de estas notas se preguntó por qué carajos se abre un proceso a alguien por bailar.
Imagen: captura web

Indecorosa omisión

Todas las notas sobre el policía bailarín incluyen el nombre de este. Sin embargo, si revisamos los reportes de los policías separados en Andahuaylas por presuntamente no haber cumplido con una labor básica, no incluye sus nombres.

En el noticiero de América Noticias, los familiares de una de las dos niñas asesinadas en Andahuaylas denunciaron que fueron a la comisaría para reportar la desaparición y los agentes les dijeron que no podían buscarlas por falta de combustible.

Incluso llevaron seis videos obtenidos gracias a cámaras de seguridad donde se veía a un hombre siguiendo a la niña que llevaba una canasta con gelatinas que vendía en las calles. Es el mismo hombre que terminó violándola y asesinándola. Sin embargo, los policías recién actuaron al día siguiente de que los familiares les rogaran ayuda.

Según la denuncia, la policía hizo caso omiso a estas imágenes alarmantes. Imagen: América Noticias

El hombre siguió a la niña antes de perpetrar su crimen.
Imagen: América Noticias

Por eso, se ha iniciado una investigación por esta supuesta omisión de funciones. Según reporta La República:

La Inspectoría General de la PNP inició una investigación sumaria para determinar si hubo o no inconducta funcional (irregularidades), tal como denuncian los familiares de las menores.

«Estamos en un proceso de definir la culpabilidad y si se ha omitido en dar auxilio serán denunciados por delito de función ante el Fuero Privativo Militar», señaló un oficial.

Sobre el caso en Andahuaylas, que es de real gravedad, el ministro Morán ya se ha pronunciado, mientras que lo sucedido en Piura debería acarrear una investigación no para el policía bailarín, sino para preguntarle a los superiores en qué les afecta el video, esto siempre y cuando el gobierno actúe con coherencia.