corrupción , denuncia , noticias , politica , sociedad Lunes, 11 marzo 2019

A Karina Beteta ya no le sale bien ni el papel de fujitroll y la cuadrada de esta periodista lo demuestra [VIDEO]

Hace semanas que no teníamos autotrolleos de los fujis. El descabezamiento que existe en la bancada ha provocado que los keikistas ni siquiera se esfuercen en hacerse notar con alguna pirueta política. Al encarcelamiento de su lideresa ahora hay que sumarle estos hechos:

  • El retorno (y consecuente encarcelamiento) de Jaime Yoshiyama, el exsecretario general del partido acusado de recibir dinero de Odebrecht para la campaña de Keiko en el 2011.
  • Y el irregular cobro de bonos de representación por parte de seis congresistas, de los cuales cinco (Segundo Tapia, César Segura, Karina Beteta, Mario Mantilla y Freddy Sarmiento) son de Fuerza Popular.
Gracias, Keiko, por estas joyas.

Gracias, Keiko, por estas joyas.

Este último escándalo fue destapado por Cuarto Poder. Para entender el caso, primero debes saber que los congresistas de otras regiones deben viajar a sus ciudades durante cinco días para escuchar a sus electores. A eso se le llama «semana de representación». Para los gastos derivados de ese trabajo, el Congreso les entrega 2800 soles. Los viajes y viáticos no están incluidos en ese monto.

Ahora sí volvamos a los fujis. Resulta que los cinco keikistas que mencionamos arriba cobraron esa plata a pesar de que durante las semanas de representación no estuvieron en sus regiones, sino en el extranjero. Cuarto Poder recalcó que esa plata no llega a los legisladores a través de un depósito automático, sino que ellos deben cobrarla personalmente.

Beteta fue una de las que fue por sus 2800 soles a pesar de que durante la semana de representación estuvo en Suiza. Ella le respondió a la periodista Anuska Buenaluque que no tenía la información a la mano, así que pidió chepi. Cuando estaba retirándose, no pudo con su genio fujitroll y sugirió que Buenaluque actuaba por encargo de Odebrecht:

«¡Odebrecht no me van a callar, ja, ja!».

Con lo que no contó fue con la respuesta de la periodista, quien la pechó y logró que Beteta se disculpara en menos de un minuto:

Tras el pare, la congresista se fue con cara de derrotada, pero con la tranquilidad de que su jefa no pudo verla haciendo mal su trabajo. Y con los 2800 extras en los bolsillos, claro.