libertades , noticias , politica , sociedad Lunes, 4 marzo 2019

Yonhy Lescano sí es víctima de una contracampaña pero de sus propias declaraciones

Yonhy Lescano tiene el prototipo que encaja perfectamente en la personalidad de cualquier machista (como ya te lo recordamos en este útero) y ahora —gracias a sus declaraciones—, en la de cualquier acosador sexual.

Sus respuestas a la denuncia de una periodista destruyen a velocidades inimaginables la carrera política que construyó en tantos años. En cada entrevista, añade un dato que solo lo dejan tan bien parado como la torre de Pisa.

Imagen: RPP

El primer chat que se hizo público. Imagen: RPP

Sobre el primer chat que se publicó, Lescano deslizó que fueron los miembros de su seguridad quienes mandaron los mensajes:

«Se le puso en conocimiento que el aparato había sido manipulado por terceros. Vamos a probar esto, porque este teléfono a veces se queda con la seguridad«.

Tras el rechazo de esta versión por partes de los hombres de seguridad, soltó una desesperada y rochosa artillería. Intentó afirmar que para ser un acosador hay que estar soltero (a Faverón le gusta esto):

«No necesito, tengo mi esposa, tengo mis hijos. No hay necesidad de acosar a una periodista eso no tiene ningún sentido».

Siguió con que todo se trataba de una campaña del «fujiaprismo» contra su anunciada y desconocida precandidatura presidencial:

«No es una denuncia de un acoso sexual (…) es una difamación, una patraña de quienes quieren sacar del Congreso a Yonhy Lescano, porque Yonhy Lescano es un político incómodo para la mafia (…) Yonhy Lescano ha anunciado su candidatura a la presidencia de la República y tampoco quieren que lo vean como candidato».

Pobre Yonhy

El peor enemigo de un Lescano es otro Lescano. Intervención: Útero.Pe

No contento con ello, dio a entender que solo las mujeres menores de 40 años pueden sufrir acoso:

«Acoso sexual contra una persona que tiene más de 40 años y que no da la cara, que no se reconoce».

Ayer, en Latina, se puso en modo Lourdes Flores reconociendo a medias el aporte de Odebrecht.

«Supongamos, supuesto negado, que yo lo envié. ¿Quién comienza la conversación a las 12 de la noche? ¿Yo o la señora? (…) Yo no envié ese mensaje, pero quiero aclarar que en ese mensaje, quien comienza la conversación es ella, no el acosador, no la otra persona».

Lo que es mentira, porque la conversación la empezó el acosador.

Lo que también es mentira, porque la conversación la empezó el acosador. Imagen: RPP

También fungió de psicólogo especializado en género y dio pautas de cómo debería actuar una víctima de acoso:

«La señora ha dicho que estaba acosada y esa acosada en vez de bloquear el Whatsapp manda un mensaje «Hola, amigo» al acosador. ¿Qué hace una persona que está acosada? Bloquea el Whatsapp, ya no responde, denuncia».

Pero sí hubo otras conversaciones que Lescano reconoció como suyas. Esas, claro, no fueron acoso, según el legislador:

«Simplemente eran bromas, subidas a veces de tono, son conversaciones espontáneas y consentidas de adultos».

Imagen: RPP

Qué raro, Lescano escribe igualito que el acosador del primer chat. Imagen: RPP

Y según él, una mujer acosada ya no puede contestar más mensajes del acosador, aunque tenga miedo porque este sea un político con más de 15 años en el Congreso y a quien muchos creen un «hombre intachable»:

«Pero si después te contestan normalmente otros mensajes, ¿habría acoso o simplemente están conversando dos personas adultas?».

En síntesis, Yonhy Lescano ha sumado, en menos de una semana, más frases para su currículum conserva. La Fiscalía (que, según Lescano, debe estar manejada por el fujiaprismo) ha abierto una investigación preliminar en su contra. Con los votos de los fujis, apristas y del Nuevo Perú, Yonhy ya tiene, por lo menos, una suspensión asegurada.