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IN MEMORIAM: 5 milagros por los que recordaremos a Cipriani ahora que Pancho lo jubiló

Hoy hablaremos de política. Bueno, de religión, pero para el caso de la iglesia católica es lo mismo. Cipriani ya no es más arzobispo de Lima. Presentó su renuncia a ese cargo porque debía hacerlo a los 75 años, edad cumplida en diciembre del 2018. El papa Francisco se la aceptó. Antes de seguir leyendo, puedes acompañar el post con esta canción, solo hasta la parte de «me quedó solo su veneno».

Para evitar confusiones, debes diferenciar dos cosas:

  • Un cardenal es un cargo vitalicio y es algo así como la mano derecha que tiene el papa en cada país. Aquí, en Perú, hay dos cardenales: Cipriani (nombrado por Juan Pablo II, el acusado de encubrir curas pederastas) y Pedro Barreto (nombrado por Francisco).
  • Un arzobispo, en cambio, está a cargo de una arquidiócesis, que no es otra cosa que un territorio comprendido por varios templos. Lima es una aquidiócesis, por eso tenía su arzobispo.

Cipriani seguirá siendo cardenal, pero ya no arzobispo. Quien estará a cargo de Lima ahora será Carlos Castillo, un profe de Teología de la PUCP y (según algunos estusiasmados) amigo de Gustavo Gutiérrez, el fundador de la Teología de la Liberación, una corriente ‘progre’ de la iglesia.

De todos modos no podemos dejar de lamentar la salida de Cipriani. Para despedirlo, aquí dejaremos cinco milagros por los que lo recordaremos forever and ever.

1. Descendió a los infiernos y volvió

Intervención: Útero.Pe

Intervención: Útero.Pe

Se inmoló como Jesús por tus pecados. Tuvo que pactar con el demonio Alberto Fujimori para poder darle fin al conflicto armado interno que sacudió el Perú durante 1980-2000. El libro ‘Cipriani como actor político’ del IEP tiene un memorable recuento de las declaraciones que la entonces autoridad religiosa de Ayacucho dio sobre Fujimori y los derechos humanos. Aquí algunas de ellas:

«Con el presidente Fujimori yo tuve ocasión de tener una amistad (…) ¡Nunca fui fujimorista!» (2003).

«Yo encuentro que el Presidente (Fujimori) tiene un montón de aciertos, un montón de éxitos, lo veo trabajar con mucho interés» (1997).

«Aprecio y respeto a la Misión de la OEA en nuestro país [que vino tras el autogolpe de 1992]. Sin embargo, debo afirmar que los problemas políticos del Perú los resuelven los peruanos». (1992).

«Digámoslo de forma sintética: la mayoría de instituciones llamadas de ‘Defensa de los Derechos Humanos’ son tapaderas de rabo de movimientos políticos, casi siempre de tipo marxista o maoísta» (1991).

«No se puede decir que el Perú es un lugar donde no se respetan los derechos humanos» (1994). 

«Si a eso lo llaman desaparecidos. Lo cierto es que los agarraron en una emboscada o un enfrentamiento y se los bajaron» (1994). 

«He salido al frente de los pobres y de los que han masacrado en esta ciudad. Y durante ese trajín no he visto a los de la Coordinadora de Derechos Humanos, esa cojudez» (1997).

Se sacrificó tanto, que Cipriani permitió que Fujimori lo nombrara presidente del Fondo de Compensación y Desarrollo Social (FONCODES), donde permaneció hasta 1998. Al igual que Yisus que tuvo su cartel de «INRI», Cipriani se hizo conocido por otro letrerito. El libro que citamos arriba cuenta, en versión del exdiputado aprista Valencia Cárdenas que…

«en la puerta del arzobispado (de Ayacucho) Cipriani colgó un infamante letrero que decía: ‘Aquí no se atienden reclamos de Derechos Humanos'».

Gracias a esas acciones, el Papa ‘anticomunista’ Juan Pablo II lo premió en 1999 nombrándolo arzobispo de Lima.

2. Multiplicador de textos

Su poder de leer las mentes de otras personas no conoció límites. Escribió columnas y textos que contenían extractos idénticos a los que escribieron religiosos de otras partes del mundo (como el papa Benedicto XVI). Los mortales catalogaron este don como plagio y esto le costó la pérdida de su columna en El Comercio.

Imagen: Útero.Pe

Un incomprendido. No copió, simplemente que Dios le dice lo mismo a todos sus representantes. Imagen: Útero.Pe

3. Sanador de abusadores

¿Cómo olvidar su misericordia ante los más débiles? Por ejemplo, cuando el Vaticano destituyó al obispo auxiliar de Ayacucho, Gabino Miranda Melgarejo, por sus denuncias de pederastia, Cipriani le dio mano al caído (al denunciado) y puso paños fríos desde Roma al decir:

«No hagamos leña del árbol caído. No exageremos cuando queremos maltratar a nadie. (…)».

Su piedad por los humanos que arruinan la vida de otros rebosa niveles celestiales. En el caso del Sodalicio, fue denunciado por presuntamente haber encubierto los abusos sexuales, físicos y psicológicos cometidos por esa institución católica. Según los testimonios, como moderador del Tribunal Eclesiástico, Cipriani recibió las denuncias de presuntas víctimas y dejó todo en manos de Dios, o sea, no hizo nada.

4. Se puso en un escaparate y salió ileso

En su programa de RPP, Cipriani, libre de pecado, ha lanzado muchas piedras. En el 2015, cuando se aprobó el matrimonio igualitario en EE.UU., dijo que fue «realmente trágico» y lo comparó indirectamente con «el holocausto del régimen nazista».  Otro de sus mensajes de ‘amor’ fue este, contra las mujeres que eran víctimas de abusos:

“Constantemente difunden violencia también contra la mujer, y también que difunden ese abuso del cuerpo como atracción física, carnal, en horarios y de maneras muy sutiles. Pero van creando toda una situación que luego las estadísticas nos dicen que hay aborto de niñas. No es que hayan abusado de las niñas, son muchas veces porque la mujer se pone como en un escaparate [vitrina] provocando”.

Imagen: HP

Imagen: HP

Lo milagroso fue que a pesar de haberse hecho más famoso que San Martincito por esa declaración continuó con su programa sin recibir ninguna sanción. Ahora que RPP está en reestructuración (como lo cuenta Hildebrandt en sus trece), a ver si también se animan a jubilar a Cipriani para que se dedique exclusivamente a Dios.

5. Juntó a perro, pericote y gato (y los mató)

La primera vez que Cipriani fungió de mediador a escala nacional fue en 1997, cuando el MRTA tomó la residencia del embajador japonés en Perú y secuestró a decenas de autoridades. Cipriani intermedió entre los subversivos y Fujimori para que todo se solucionara pacíficamente. Sin embargo, su labor fracasó gracias a su amigo presidente, quien optó (algunos dicen que con el conocimiento de Cipriani) por la vía militar.

La segunda vez que se puso en el medio fue cuando Fuerza Popular arrinconaba a PPK con su poder legislativo. En diciembre del 2016, Cipriani reunió al presidente y a Keiko para aliviar esas tensiones y hasta los puso de rodillas, pero nuevamente fracasó. El milagro de esa ocasión fue que, tres años después, ninguno de los tres mantenía su poder: PPK se quedó sin presidencia, Keiko en la cárcel y sin mayoría en el Congreso y Cipriani, sin arzobispado.

***

Cipriani seguirá siendo «administrador apostólico» hasta el dos de marzo de este año, según lo reveló él mismo en su programa radial de hoy. No hay de otra, tendrás que soportar el calor infernal hasta marzo.