internacionales , noticias , politica Viernes, 23 noviembre 2018

Ahora entenderás por qué este es el primer político uruguayo que recibe a los apristas

Los congresistas apristas que estaban preocupados por la anemia, las heladas y el «estancamiento de la economía» dejaron sus labores en Perú para viajar a Uruguay.

¿Fueron a traer la receta que nos convertirá en un país del primer mundo, como en tiempos alanistas?

No, fueron a defender el pedido de asilo de Alan luego de que vieron que un grupo del Frente Amplio viajó al mismo país para alertar que aquí no existía ninguna persecución política.

¿Qué? ¿Ya fugaron también? No, no. Es un viaje con retorno, dicen. Imagen: RPP

¿Qué? ¿Ya fugaron también? No, no. Es un viaje con retorno, dicen.
Imagen: RPP

Jorge del Castillo, Mauricio Mulder, Javier Velásquez Quesquén y otro aprista cuyo nombre nadie nunca recuerda llegaron esta madrugada a Uruguay. El primer político de ese país que los recibió fue el expresidente uruguayo, Julio María Sanguinetti (el de la foto de arriba, el que tiene un aire a Borges).

1. Quiere asilar a Alan desde hace rato

Sanguinetti se parece mucho a esos analistas que no son apristas pero que opinan como apristas. Aunque por estos días sus declaraciones parecen «imparciales» (incluso dijo que Vizcarra no está obligado a otorgar el salvoconducto), lo cierto es que su verdadero sentir es que asilen a AG, como lo declaró solo un día después de que Alan corriera a esconderse a la casa del embajador en Lima:

«El asilo inicial hay que darlo porque esa es la tradición del país, luego se analizará las circunstancias si hay las condiciones de garantía o no (para pedir el salvoconducto)».

What are you talking about, Julio María, tmr. Foto: Captura / El País Uruguay

Interesante, cuéntame más. Imagen: El País Uruguay

2. El hermanito querido

Sanguinetti también tiene un hermano muy conocido en su país. Se llama Andrés Norberto Sanguinetti Barros. En este post ya te habíamos contado algo sobre el broder del anfitrión de los congresistas apristas:

«Las autoridades de Andorra habían identificado a Andrés Norberto Sanguinetti Barros —alias Betingo— como el directivo clave de la sede del Banca Privada d’Andorra (BPA) en Uruguay para crear la estrategia que le permitió a Odebrecht desembolsar millones para presidentes y ministros».

Sí, el hermano de Sanguinetti (quien llegó a estar preso) está vinculado a Odebrecht y a la Banca Privada d’ Andorra (país que está a seis horitas de Madrid, donde Alan residía hasta hace unas semanas). La BPA te suena mucho porque fue el banco donde los exfuncionarios del segundo gobierno aprista que fueron coimeados tenían dinero oculto.

Imagen: Útero.Pe

Al menos ya tienen otro tema para no aburrirse. Imagen: Útero.Pe

Seguro tu amigo apristroll te dirá que el expresidente uruguayo y su hermanito no tienen ninguna relación más que la sanguínea, así que solo te dejaremos la defensa pública que Julio María Sanguinetti hizo de su bro, de quien dijo que «es un muchacho serio y decente».

3. Canjeo de embajador

Julio María Sanguinetti gobernó Uruguay durante dos periodos: en 1985-1990 (el mismo que el de Alan García) y en 1995-2000. En esta última gestión, como lo recuerda el diplomático Harold Forsyth, ocurrió un hecho en Perú que dejó mal parado a su país y su gestión: la toma de la residencia del embajador japonés por parte del MRTA.

Entre los secuestrados estaba el embajador de Uruguay en Perú, Tabaré Bocalandro Yapeyú. De hecho, en ese país había dos emerretistas detenidos, a la espera de una sentencia judicial y una extradición al Perú. Los emerretisas en Lima condicionaron la libertad de Bocalandro a cambio de la libertad de sus compinches en Uruguay.

Imagen; Anajnu

Imagen: Anajnu

¿Y adivinen qué pasó?

En diciembre de 1996, un juzgado uruguayo liberó a los subversivos y prohibió la extradición de ambos. Inmediatamente después, Bocalandro fue liberado por los emerretistas en Lima. Según testimonios, el entonces presidente Sanguinetti actuó en esta vergonzosa negociación, dejando a los otros secuestrados a su suerte:

«En un encuentro navideño en el que participaba el propio presidente en aquella época, Julio María Sanguinetti, y otras autoridades del Estado, se decidió colectivamente que la justicia uruguaya actúe de inmediato, festinando todo trámite, y que se dictamine la liberación de la pareja de emerretistas».

Como era de esperarse, Sanguinetti negó haber tenido alguna responsabilidad en esta acción. Ahora recibe a los apristas. Fácil y también cree que son «serios y decentes».