discriminación , libertades , noticias , politica , sociedad , violencia Jueves, 23 agosto 2018

3 pastillas para saber si Belmont manejará la alcaldía de Lima tan bien como dirigió su canal

Increíblemente, muchos intentan pasar por agua tibia el discurso xenofóbico de Ricardo Belmont, el candidato a la Municipalidad de Lima. «¿Qué tiene que ver la xenofobia con su candidato edil?», preguntan como si no fuese peligroso que un alcalde que promueve el odio irracional no fuese peligroso.

Otros culpan a los medios por prestar atención a un postulante que ya está en el segundo puesto de las encuestas, como si la solución fuese ignorarlo. ¿Hasta cuándo? ¿Hasta que alcance la alcaldía? ¿A partir de cuándo los medios deben resaltar que están ante un prejuicioso compulsivo?

1. Su machismo

En este útero recordamos un video en el que Belmont demostraba ser un odiador profesional. No solo era xenofóbico, sino también homofóbico. Como lo sospechaste: Belmont tiene el kit completo, también es machista.

Tras el roche de un ciudadano en la calle, el Hermanón dijo que no es xenofóbico, peeero… En medio de su discurso errebecista, dijo esto sobre las venezolanas: 

«Los venezolanos tienen muy buena pinta, las mujeres están bastante potables, están ‘maceteaditas’, están muy agradables y ellas, como alguien dijo, ‘no parece que vinieran de Venezuela’ porque se supone que en Venezuela no hay comida».

Su machismo es tan nuevo como su canal. Caretas realizó un recuento de algunas frases de su libro ‘Pastillas para levantar la moral’ (2002) que convierten a Belmont en el Butters de RBC:

  • “Discutir con una mujer es como intentar leer un periódico en una motocicleta” (p. 55).
  • “El amor, que no es más que un episodio en la vida de los hombres, es la historia entera de la vida de las mujeres” (p. 210).
  • “El oro se prueba con el fuego, la mujer, con el oro, el hombre con el infortunio” (p. 174).

2. Su canal

RBC Televisión fue fundado por el padre de Ricardo Belmont en 1966, pero tras la expropiación de Velasco, el canal pasó a manos del Estado. Cuando RBC fue recuperado, al Hermanón se le ocurrió en 1986 una idea para remontar su medio, una idea tan honesta como los negocios de Herbalife.

Belmont les pidió a miles de peruanos que se convirtieran en accionistas de RBC. Muchos de ellos, como cuenta el reportaje de nuestro papi Marco Sifuentes, compraron cada acción a un dólar. Setenta mil personas entregaron al canal 3 millones de dólares, pero nunca vieron ganancia alguna. El Hermanón, en cambio, sí cobraba un s u e l d i t o de 4 mil 500 dólares.

Composición: Útero.Pe

Composición: Útero.Pe

Actualmente, el canal ya no le pertenece. Según contó Belmont, entregó todos sus bienes a sus hijos, pero con el compromiso de que su hijo manejaría los bienes cuando muriera. Sin embargo, el karma actuó y su hijo lo sacó del canal el año pasado. Y como lo habrán notado, aunque parezca un político de ideas muertas, Belmont sigue vivo.

3. Esta entrevista

Justo sobre ese tema, Jaime Bayly lo entrevistó en el 2001, cuando Belmont postuló con el partido de Fernando Olivera a la vicepresidencia. Bayly le preguntó cuánto ganaba él y cuánto ganaban esos accionistas que le entregaron 3 millones de dólares, pero Belmont se molestó y lo tildó de «cabro». Los 10 minutos del siguiente video no tienen pierde:

«Yo puse mucho más (dinero que ellos). La familia Belmont puso… yo calculo que pusimos para arrancar, antes de que el proyecto se iniciara… es que ahora estás achicando la historia. Tú cuando achicas la historia, es como cuando ves a Pelé grande es Pelé, pero cuando tenía cinco años era un negrito más». 

«Si tú tocas el canal  como lo estás tocando, me hubieras dicho ‘Ricardo, voy a hacer una entrevista con el canal 11’ y yo me preparo. (…) Yo pensé que era una entrevista de sábado, alegre, positiva como tú eres. Por eso vine (…) Si yo te voy a tratar a ti de ‘cabro’ también nos vamos a picar. Esto es una cabrería. Estas son cosas de cabros. Esto es una traición».

Su autoritarismo y ganas de responder por temas financieros son tan cordiales y transparentes como las de Lucho Castañeda. Habla el pueblo… siempre que no le preguntes por temas incómodos.