denuncia , discriminación , libertades , noticias , politica , redes sociales , sociedad , videos , violencia Lunes, 4 septiembre 2017

Así es como el Kongreso protege a un legislador que insultó a todas las mujeres a nivel nacional

Entre tanto alboroto por la huelga de maestros y por aumentar Keiko a 500 e eu frazer visita, una decisión de este Kongreso pasó recontra desapercibida. Y no se trataba de cualquier asunto. Lo ocurrido en el Parlamento es la confirmación de que en ese lugar lo último que importa son las mujeres. Veamos.

1. La bronca en la izquierda

Marisa Glave, otra de las tantas víctimas del machismo que está dejando este Kongreso. Foto: RPP

Marisa Glave, otra de las tantas víctimas del machismo que está dejando este Kongreso.
Foto: RPP

En junio de este año, hubo una pelea en la bancada del Frente Amplio por la expulsión del congresista Nopo de Nopo y Gonta Richard Arce de ese grupo. La legisladora Marisa Glave salió en su defensa y aseguró que expulsarlo no era legal pues la comisión partidaria que tomó esa decisión no contaba con el quórum necesario. Además, tenía un video que demostraba su afirmación. Así, nuestra amixer never enemixer Marisa se enfrentaba al team de Marco Arana en su ahora ex bancada.

Indignado por la afrenta de una mujer, un monaguillo representante del grupo aranista, el congresista Humberto Morales, ofreció una entrevista a El Comercio donde habló sobre este caso con unas palabras que enorgullecerían al mismísimo Cipriani.

«Marisa Glave puede decir lo que quiera, a mí me enseñó una cosa mi madre, las mujeres después de ser chismosas son mentirosas».

Este es el pulpín de Arana. No creo que su madre esté tan orgullosa. Foto: El Comercio

Este es el pulpín de Arana. No creo que su madre esté tan orgullosa.
Foto: El Comercio

El escándalo fue tal (y en esa misma entrevista le dijeron m a c h i s t a) que el lazarillo de Arana tuvo que disculparse pero no precisamente lo hizo con la congresista Glave sino «con todas las mujeres porque son mis hermanas y las respeto».

2. La denuncia

Como era de esperarse, el 14 de junio, la Komisión de Étika del Kongreso anunció que no abriría una investigación sobre este caso. De esta manera, el parlamentario Morales podría dormir tranquilo: insultar a una mujer en las páginas de un diario a nivel nacional no trae consecuencias.

Sin embargo, dos días después, el 16 de junio, las organizaciones Manuela Ramos, Flora Tristán y Calandria, presentaron una denuncia contra Morales ante la Comisión de Ética del Congreso.

Dos meses después de esa queja, cuando ya nadie hablaba del tema, la Comisión de Ética, presidida por el fujimorista Juan Carlos Gonzales (e integrada por mayoría naranja) decidió declararla improcedente. ¿Cómo es posible eso? Pues los kongresistas creen que los insultos contra una mujer se dieron:

«En el marco del ejercicio de sus funciones como legislador».

Sí. A nosotros también nos pareció increíble.

3. Vieja costumbre

No es la primera vez que en el Congreso alguien ataca a las mujeres con insultos machistas. Tampoco es la primera vez que todo queda en nada. Y no solo nos referimos a esta legislatura.

Martín Belaunde y sus bikinis

En el 2015, cuando el Congreso debatía la Ley contra el Acoso sexual en las calles, el congresista Martín Belaunde Moreyra no tuvo mejor idea que hacernos testigos forzados de todito su machismo.

En su intervención se mostró en contra de la ley con un argumento sacado de alguna película de Porcel.

“Vamos a tener las cárceles llenas de delincuentes por el terrible delito de mirar con persistencia a una bella mujer. ¿Qué vamos a hacer en las playas?, ¿Qué vamos a hacer cuando miramos maravillosos bikinis que Dios y la naturaleza nos prodigan?”.

Felizmente en este Útero les explicamos a todos los que piensa como él en qué consiste esta norma que fue aprobada para proteger, sobre todo, a las mujeres que sufren a diario acoso en las calles. Felizmente también Martín Belaunde ya no es congresista, aunque en su reemplazo todavía quedan varios Donayres y Morales.

Donayre y los insultos contra la ministra de Salud

Otro episodio marcado por el machismo fue el que protagonizó el general en retiro Edwin Donayre. Amparándose en el humor, le gestó una «broma» a la ministra de Salud, Patricia García, quien había ido hasta el Congreso para explicar la Ley de alimentación saludable.

Sin embargo, el debate se convirtió en un solo de ofensas encabezado por Donayre. La frase más machista que destacó la jornada fue una en la que no calificaba a García por su trabajo sino con connotaciones sexuales.

«Señorita, perdón, ¿señora, no? ah, señorita, sí porque las vírgenes han pasado muchas navidades pero nunca una noche buena».

Los hombres presentes en esa sesión rieron como si se tratara de una broma inocua, pero los periodistas, como la reportera de 24 horas del canal 5, hicieron énfasis en aclarar que ese tipo de frases ya dejaron de ser broma hace 50 años. Ahora no son más que violentas.

Más tarde, ante la ola de críticas, el general del Ejército en situación de retiro, se disculpó tomando la palabra durante un Pleno en el Parlamento.

Pero, ¿qué hacemos contra tanta violencia hacia las mujeres en la política?

Lo visto líneas más arriba no es más que un reflejo de la realidad. Lo malo es que ni las mujeres con alguna cuota de poder se pueden defender de un discurso machista y violento contra ellas.

Este Útero conversó con Lisbeth Guillén del programa de Autonomía Política de Manuela Ramos, quien nos explicó que, si el Congreso no es capaz de tomar cartas en el asunto, la sociedad civil organizada debe responder ante esta desidia.

Según lo que nos cuenta Lisbeth, son incontables las veces en que una mujer ha sido víctima de violencia machista en la política. La situación se agrava cuando empieza una contienda electoral.

  • «Hay tres estudios acoso político que preparó el Jurado Nacional de Elecciones (JNE) y Flora Tristán, con entrevistas a mujeres que fueron candidatas a consejeras regionales durante la campaña del 2014. El resultado fue que de cada de 10 mujeres, 3 habían vivido acoso o alguna forma de amedrentamiento. Específicamente por violencia de género. Sus contrincantes (hombres) hurgaban en su vida privada y les hacían seguimientos».

Lisbeth Guille nos cuenta que hay varias propuestas para hacerle frente a esta situación de violencia machista en la política. La primera es debatir los proyectos sobre acoso político, y otra es incidir en la cuota de género:

De 130 congresistas solo hay 36 mujeres.

Además se está tratando de juntar todos los casos de acoso y violencia en el Congreso para evaluarlos y llevarlos hasta la Comisión Interamericana de Derechos Humanos. De esta manera se puede lograr que el Parlamento cuente con un protocolo de sanciones específicas a este tipo de violencia, y que existan canales de prevención para evitar a Donayres, a Morales y a Belaundes.

Lo único que podríamos decir es que los recuerden en el 2021, por si alguno de ellos quiere quedarse o volver.

*Este post se realizó en cooperación con el Movimiento Manuela Ramos.