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4 adolescentes, que no son hijos de empresarios, denuncian que un cura abusó de ellos y nadie dice nada

No son hijos de empresarios ni de congresistas. Son cuatro menores de edad que decidieron seguir el camino del sacerdocio en el Seminario Menor Juan Pablo II, un centro de la Iglesia Católica en Moyobamba, capital de la olvidada región de San Martín. Ellos fueron abusados sexualmente por un sacerdote español que hoy es encubierto por las autoridades eclesiásticas y, al parecer, también por la justicia peruana.

Imagen: La República

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1. El caso

La República prendió la mecha de esta bomba que no explotó en ningún otro medio. Se trata de cuatros adolescentes de 14 años, que en marzo pasado denunciaron ser víctimas de tocamientos por parte del cura Santiago Martínez Valentín-Gamazo (41), natural de Toledo, España. Este llegó al Perú el 2007 y trabajó en el centro donde ocurrieron los hechos desde el 2013.

Los menores contaron lo sucedido al rector del seminario, César Gallardo de Gracia, quien denunció el hecho ante la comisaría de Uchuglla, Moyobamba. Los relatos de los cuatro coincidieron en que el religioso, profesor y consejero espiritual suyo, les tocaba los testículos cuando acudían a él por algún malestar físico. Iban con él porque él tenía conocimiento de enfermería.

2. Los abusos

N.J.M. (14)

El martes 7 de marzo de este año,  N.J.M le contó del abuso al cura Moisés Pérez Díaz:

“A las 11 y 45 de la noche, siento que alguien mete la mano por debajo de mi frazada e intentó tocarme el pene hasta en dos oportunidades. (…) Me percaté que por sus características se trataba del padre Santiago Martínez. (…) En 2014, cuando descansaba, el padre en mención se me acercó y cogió mi mano para llevársela a su pene”, declaró el niño al rector del seminario, según consta en el documento fiscal».

Imagen: La República

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Según La República, los padres son catequistas, y han optado por no denunciar públicamente al sacerdote, y prefieren dejarlo todo en manos del rector del seminario que presentó la denuncia.

Ángel (14)

Ángel se acercó al día siguiente para contarle al rector lo mismo. El hecho había ocurrido en agosto del 2015:

«Estaba echado en mi cama y escuché los pasos del padre Santiago… Me hice el dormido y el padre empezó a sacarme el pantalón, bajó mi calzoncillo y comenzó a… Yo me hice el dormido».

E.P.A. (14) y  E.C.G.

A EPA, el cura Santiago lo masturbó, así lo contó su madre. Esto ocurrió en más de una ocasión. Según narró el propio menor, el padre le dijo que «no le contáramos nada a nadie de lo que pasó»:

“Luego de palparme el abdomen, me dijo que me bajara el pantalón y el calzoncillo, procediendo a tocarme el pene por un momento. Al ver esta actitud, le dije que en ese lugar no me dolía”.

E.C. G. es otro adolescente que estudia en el mismo seminario. Él acudió junto a E.P.A. para contar el abuso sufrido al rector del seminario:

“Al sufrir un dolor de barriga acudí al despacho del padre Santiago Martínez, a fin de que me curase la dolencia. Entonces, me pidió que me bajara el pantalón y sobre el calzoncillo me empezó a tocar el pene. (…) Otro día, al tener los mismos síntomas, hizo que me bajara el pantalón y metió su mano por debajo del calzoncillo, logrando tocarme los testículos. Al escuchar que tocaban la puerta me indicó que me subiera el pantalón».

Todos los testimonios fueron recogidos por la periodista Melissa Goytizolo y puedes encontrarlos aquí.

3. Encubrimiento

Como suele ser la regla en la Iglesia Católica, el sacerdote viene siendo resguardado en la catedral de Moyobamba, por «mandato» del obispo Rafael Escudero López-Brea. Si bien es cierto que el rector César Gallardo De Gracia ha denunciado el hecho, su Iglesia mantiene al acusado, quien no ha negado los hechos frente a la Policía, en uno de sus claustros porque están aplicando «las normas de la Iglesia», mientras esperan las órdenes de la Santa Sede. O sea, en nuestro país, la justicia sobre delitos de pederastia no la aplica el Poder Judicial, sino el Papa.

Imagen: La República

El obispo que lo resguarda y el cura acusado. Imagen: La República

El caso, actualmente, se encuentra siendo investigado por el fiscal Saturnio Ccallo Chirinos. Aún no pide prisión preventiva, omisión preocupante considerando que en nuestro país tenemos el caso de Luis Fernando Figari, líder del Sodalicio que vive en Roma, lugar donde fue retenido por el Papa para que exculpara sus miserias a su lado. Dios los crea y ellos se encubren.