cine , Libro , literatura Martes, 24 enero 2017

Así fue la vida del autor de El Exorcista (y no tiene casi nada que ver con el terror)

Título original: William Peter Blatty, de guionista de comedias a padre del terror

Escribe: Ybrahim Luna

NEW YORK - SEPTEMBER 29: Writer/Producer William Peter Blatty attends the special screening of "The Exorcist Extended Director's Cut" at Il Gattopardo on September 29, 2010 in New York City. (Photo by George Napolitano/Getty Images)

Imagen: George Napolitano/Getty Images

Con el pasaje bíblico de Lucas VIII, 27-30, como cita referencial antes del prólogo, inicia una de las novelas más aterradoras del siglo pasado, “El Exorcista”. Dicho pasaje reseña el encuentro entre Jesús y un hombre poseído por demonios que al ser interrogado por su identidad responde:

¡Legión!

Antes de que la novela El exorcista se convirtiese en un best-seller en los años 70, su autor, el escritor estadounidense William Peter Blatty, se ganaba la vida como guionista de comedias a quien las oportunidades laborales se le iban de las manos debido al poco interés que Hollywood estaba prestando por ese género.

Peter Blatty había escrito guiones para films medianamente exitosos como “El nuevo caso del inspector Clouseau”, protagonizado por Peter Sellers, o “¿Qué hiciste en la guerra, papi?, por ejemplo. Y así durante toda la década del 60. La decisión de cambiar rubro y escribir “algo serio” tuvo que ver inicialmente más con la necesidad de sobrevivir que con una epifanía espiritual.

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Imagen: images.pristineauction.com

William Peter Blatty nació en la ciudad de New York, en enero de 1928, en el seno de una familia de inmigrantes libaneses sumamente católicos. En los años 50 estudió en la Georgetown University donde desarrolló sincera admiración por sus tutores jesuitas. De ellos obtuvo las primeras versiones de la posesión demoniaca y posterior liberación de un muchacho de 14 años en Cottage City, Maryland.

Blatty y sus compañeros quedaron fascinados con el tema y discutieron sobre fenómenos paranormales en clase. Un artículo del Washington Post sobre la supuesta posesión terminó por cimentar la idea de una novela en la cabeza de Blatty. Pero no sería sino hasta dos décadas después que vería la luz el libro.

Cuando el autor le comunicó a su agente literario el tema de su novela recibió como respuesta una carcajada. Actitud que muchos replicaron. Blatty no encontraba a nadie que entendiera la historia y mucho menos que pagara por publicarla. Hasta que en un golpe de suerte se topó con Marc Jaffe, el editor de Bantam Books, quien apostó por el proyecto, no sin mediar meses de dudas antes de dar un adelanto económico y firmar el contrato.

El principal exorcista del supuesto caso original, el padre William Bowdern, pastor de la parroquia en Saint Louis – San Francisco, quiso ayudar a Blatty con la veracidad de la historia porque consideraba que el libro sería de ayuda al gran público para conocer la verdad sobre el diablo.

Bowdern buscó a la familia del adolescente “exorcizado” y le pidió autorización para difundir la historia. La respuesta de la familia fue negativa alegando obvias razones de privacidad. Fue entonces que Blatty decidió cambiar al personaje principal por una niña, Regan MacNeil, y a la madre por una actriz, Chris MacNeil.

El libro se publicó en 1971 y fue un éxito inmediato. Vendió 13 millones de ejemplares en los primeros años, fue número uno de ventas por varias meses y conllevó al rodaje de la película del mismo nombre.

El film fue dirigido por William Friedkin, y Blatty se encargó del guion por el que recibió un Oscar al mejor guion adaptado en 1973. En los 90, Blatty llevó al cine su novela Legion (1983) que apareció como El Exorcista III. Escribió otras novelas y más guiones pero siempre a la sombra de su mejor obra. En 2016 la cadena televisiva Fox produjo una decepcionante serie basada en El Exorcista.

JL07 WASHINGTON (EEUU) 01/11/2013.- Fotografía distribuida hoy, viernes 1 de noviembre de 2013, que muestra al escritor y guionista de "El Exorcista", el estadounidense William Peter Blatty, posando en el barrio de Georgetown en Washington DC (EE.UU), el 29 de octubre. Para conmemorar su 40 aniversario, Warner Bros relanzará la película durante una semana en los cines AMC Georgetown. EFE/Jim Lo Scalzo

Imagen: EFE/Jim Lo Scalzo

Cada Halloween los medios buscaban a Blatty para condimentar sus notas sobre cine y terror. El director Friedkin y su amigo Blatty se reencontraron públicamente en 2015 para colocar una placa conmemorativa a las famosas escaleras por donde cae el padre Karras.

Blatty, católico convencido, ha asegurado en más de una oportunidad que escribió una historia de sacrificio y no de terror: «lo que pensé que estaba escribiendo era una novela de fe en el ropaje popular de una historia de detectives, lleno de suspense; en otras palabras, un sermón en el que nadie se durmiese. Sigo sin admitir la más mínima intención de asustar al lector».

En la obra literaria, en un receso en el exorcismo de Regan MacNeil, un sereno padre Merrin le explica a un fatigado y desesperanzado padre Karras:

“Y, sin embargo, incluso de esto, del mal, vendrá el bien. De algún modo que nunca podremos entender, ni siquiera ver. -Merrin hizo una pausa-. Quizás el mal sea el crisol de la bondad -manifestó-. Y tal vez el propio Satán, a pesar de sí mismo, sirva de alguna manera para cumplir la voluntad de Dios.”

En la parte final del libro, Blatty agradece a los intelectuales de la Georgetown University por enseñarle a escribir y a los padres jesuitas por enseñarle a pensar.

El autor de una de las mejores novelas de terror de todos los tiempos murió el pasado 12 de enero a los 89 años, en un suburbio de Washington D.C., víctima de un mieloma múltiple que atacó su médula ósea. La noticia se dio a conocer al mundo el viernes 13.

Un detalle curioso a reseñar fue el asombro que el deceso de Blatty causó en muchos “fanáticos” del film, quienes creían que el autor de la novela y el director de la película habían muerto en trágicas circunstancias en los 70, todo gracias a la leyenda urbana que ayudó a mitificar el film.

En realidad Blatty y Friedkin (agnóstico que sigue vivo y de buen ánimo) tuvieron vidas tranquilas y plenas, sin impases sobrenaturales.