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Celebrity Deathmatch: Gorriti versus Uceda por el caso del «escuadrón de la muerte»

Todo comenzó con una noticia en Cuarto Poder, a principios de este mes, que fue publicada en el mismo sentido pero con distintos detalles por otros medios de comunicación como La República (Doris Aguirre) o Willax TV (Cecilia Valenzuela). Se trataba de un supuesto «Escuadrón de la muerte» en el que se denunciaba que un grupo de policías había falseado operativos para hacerse con recursos destinados a trabajos de Inteligencia en la PNP (asesinando a presuntos delincuentes) y en el que estarían involucrados efectivos de varias unidades (Dirincri, SUAT, etc.).

Al principio, el ministro del Interior, Carlos Basombrío, quizá contrariado por la avalancha informativa sobre el caso, aseguró que era casi imposible negar la existencia del escuadrón y que había casi 100 policías implicados. Luego redujo el número a nueve efectivos pero agregando que estos ya estaban identificados.

Sin embargo, semanas después, Basombrío tuvo que admitir ante el Congreso de la República que no existía el «escuadrón» y que, más bien, se trataba de unos pocos policías que incurrieron en irregularidades.

¿Qué había pasado?

Lo más probable es que el ministro realizó declaraciones sin conocer el caso a detalle, tal como lo revelamos aquí.

Pero, si bien las tensiones al interior de la Policía se han disipado después de que el ministro confirmara la inexistencia de un escuadrón de la muerte, este pleito sobrepasó los muros ministeriales para trasladarse al papel y la pluma de dos de los periodistas de investigación más reconocidos a nivel nacional e internacional.

Y es aquí donde empieza nuestro…

¡Súper Celebrity Deathmatch!

Gustavo Gorriti versus Ricardo Uceda

Yo sé te lo imaginaste así. Elaboración: Útero.Pe

Admítelo, te lo imaginaste así.
Elaboración: Útero.Pe

Alrededor del caso del «escuadrón de la muerte», el director de IDL-Reporteros, Gustavo Gorriti, y el director ejecutivo del Instituto de Prensa y Sociedad (Ipys), Ricardo Uceda, han aprovechado para lanzarse mutuos disparos del calibre de una ametralladora.

Round 1: Uceda yo te elijo

En una columna publicada el 16 de agosto en La República, titulada «Noticia de un secuestro«, Uceda metió leña al fuego del supuesto escuadrón, contando un episodio sucedido en el 2009 cuando Octavio «pishtaco» Salazar era ministro del Interior. El relato se centra en señalar que el comandante Enrique Prado Ravines (el que fue el principal acusado en el falso «escuadrón») había dado una falsa alarma sobre el secuestro de un empresario. El encargado de advertirle el hecho al ministro fue el general Vicente Álvarez.

La hipótesis del periodista era que Ravines actuaría bajo el manto protector de Álvarez y este, a su vez, bajo la protección del mismísimo ex viceministro del Interior, Iván Vega. Es decir, lo que proponía Uceda era que una importante parte del aparato estatal protegía a policías que asesinaban a presuntos delincuentes en operativos armados para cobrar las recompensas y usar el dinero destinado a inteligencia.

Sin embargo, Gorriti respondió.

Round 2: Una llave de Judo

En la columna de Gustavo Gorriti, «Investigar a fondo, pero bien«, publicada en la revista Caretas el jueves 18 de agosto, el periodista emplazó al ministro Basombrío a verificar bien los hechos sobre «el escuadrón» antes de dejarse llevar por los titulares de los medios. De pasadita le mandó una de taquito a Uceda, al referirse al título de la columna «Noticia de un secuestro» como «este 16 de agosto, bajo el título de “Noticia de un secuestro”, que me parece haber leído en otro lado» (ouch).

Ese fue el principio de sus críticas contra la hipótesis del director del Ipys porque también le recordó que los encargados de la división de secuestros en esa época (2009) eran los mismos que estuvieron detrás de los misteriosos «pishtacos». Y lo más grave, Uceda no había contactado al principal acusado en su escrito, Vicente Álvarez.

«Los nombres de los oficiales de secuestros de ese año: coronel Jorge Mejía, comandante Ángel Toledo, me trajeron recuerdos. Ambos estuvieron dedicados entonces a una investigación que dio la vuelta al mundo: la caza de pishtacos.

Supongamos que uno pueda hacer el ridículo aquí y acertar allá. ¿Es cierto lo que afirma Uceda basado en el testimonio de aquellos? Según Álvarez, a quien entrevisté por teléfono, Uceda no lo contactó para contrastar versiones».

Hasta este punto todo parecía tratarse de un intercambio de enfoques mezclado con un poco de clases de periodismo. Lo peor vendría después.

Antes de continuar, tenemos un sountrack para esta parte porque es MORTAL

Round 3: «el Rambito del periodismo»

El 24 de agosto en la columna «El hermano lobito», Uceda le dio un giro a las investigaciones sobre el «escuadrón» citando una investigación de Américo Zambrano para la revista Caretas, sobre la existencia de un grupo espejo de la famosa «Brigada Lobo» que operó en la zona del Vraem, denominada «el hermano Lobito» que vendría a ser el nombre del «escuadrón» y que actuaba también bajo la dirección del ex viceministro del Interior y Defensa, Iván Vega.

Junto con los detalles que ofreció en su columna también vino un ataque frontal y certero contra Gustavo Gorriti al llamarlo «el Rambito» (así, en diminutivo) del periodismo.

«Nuestro Rambito periodístico, Gustavo Gorriti, dice que Vega podría ser el objetivo principal de una campaña de demolición creada a partir de un pleito entre comandantes y de los desmanes de periodistas que no saben investigar. Pero la teoría de una conspiración contra buenos policías no tiene de dónde asirse».

Se maleó Uceda. Pero Gorriti no se quedó callado y le propinó unos cuántos párrafos que podrían interpretarse como un…

¡Fa-ta-li-ty!

¿Qué dijo Gorriti? Lo pondremos tal cual porque es una información que se maneja hace varios años, sobre la forma en que Ricardo Uceda investigó los detalles de los crímenes del Grupo Colina para su libro «Muerte en el Pentagonito».

«En el fatigado camino del sofisma argollero, Uceda me menciona así: “Nuestro Rambito periodístico, Gustavo Gorriti, dice que Vega podría ser el objetivo de una campaña de demolición creada a partir de un pleito entre comandantes y de los desmanes de periodistas que no saben investigar”.

¿Yo, un ‘rambito’? ¿Debería preocuparme? El ‘Rambito’ de verdad ya ha sido asociado por Uceda a ‘escuadrones de la muerte’. Y Uceda es un experto en el tema. Ha vivido con uno de sus mayores exponentes en este país. Lo ha encubierto, camuflado, solventado y, según este, aprovechado.

Jesús Sosa Saavedra es mejor conocido por su apelativo de ‘Kerosene’, (en reconocimiento a la lenta pero tenaz combustión con la que desaparece restos humanos), por su participación en buena parte de los asesinatos perpetrados por el grupo de aniquilamiento Colina; y por su larga clandestinidad.

Menos conocido es el hecho de que Sosa fue ocultado por Uceda durante varios años, cuando aquel era un prófugo y que el encubrimiento tuvo como fin asegurar su decisiva colaboración testimonial, para el libro ‘Muerte en el Pentagonito’.

Pero si eso te parece fortísimo, se trataba de la entrada del menú. Gorriti a continuación acusa a Uceda no solo de haber escondido a «Kerosene» sino también de haber usado las instalaciones y los fondos del Ipys para sus propósitos.

«¿Que la literatura a veces se crea con grandes pecados, inusitadas transgresiones y hasta uno que otro delito? Pero aunque el periodismo sea una forma –y de las mayores– de literatura, hay algunas reglas, por nuestra relación con la verdad de los hechos, que nos fuerzan a evitar a los Celine, los Pound y los Genet en nuestra profesión. No debemos aceptar a los perversos talentosos y menos a quienes no lo tienen.

El hecho de que Sosa (por declaración suya y por testimonios corroborativos de varias fuentes más) haya vivido mucho tiempo, cuando prófugo, en el local del Instituto Prensa y Sociedad (IPYS) y alternado con gente que ignoraba con quién hablaba, puede ser interesante como argumento literario pero lo es más aún, por razones completamente opuestas, como asunto de ética periodística.

Pero lo verdaderamente sorprendente, entre los testimonios coincidentes que he recibido, ha sido saber que Sosa también estuvo alojado (parece que bajo el nombre supuesto de Carlos González) en la Casa de Refugio que IPYS mantuvo, con fondos de cooperación internacional, para periodistas perseguidos de Latinoamérica (y también de provincias) en Barranco. Su estadía fue solventada por esos fondos, según los reportes que la administración de IPYS envió a las agencias filantrópicas que proporcionaron el dinero.

Los periodistas que huían de los exterminadores convivieron, sin saberlo, con uno de ellos. Hay que decir que Sosa no traicionó nunca su seguridad. Pero su identidad real fue un secreto para periodistas refugiados y para quienes financiaron el refugio.

Broder, esto es demasiado fuerte.

¿Qué dice Ricardo Uceda al respecto?

Debemos señalar que lo dicho por Gorriti hace referencia a lo que fue publicado hace cinco años en Hildebrandt en sus trece, cuando salió a la luz una carta de «Kerosene» dirigida a Ricardo Uceda desde el penal Piedras Gordas (en donde está recluido), en la que lo acusa, entre otras cosas, de haberse aprovechado de él para escribir su libro.

Este útero se comunicó con el Instituto de Prensa y Sociedad para preguntar si responderían a este fatality contra su director pero lo que nos dijeron es que se trata de un tema interno que ya ha sido resuelto en su momento.

*****

Gustavo Gorriti y Ricardo Uceda son dos de los periodistas -vivos- más emblemáticos en el Perú y nivel de toda América Latina por su larga trayectoria. Esa especie de vitrina ejemplar del periodismo de investigación la comparten con el maestro Edmundo Cruz, Gerardo Reyes de Univisión (quien destapó que Joaquín Ramírez está siendo investigado por la DEA), Carmen Aristegui de México, Daniel Santoro de Argentina, Mónica González y María Olivia Mockenberg de Chile, Claudia López de Colombia (autora de «Y refundaron la patria», sobre la plaga paramilitar en ese país), etc.

Dicho esto, hubo una época en la que Gorriti y Uceda eran amixers never enemixers. El libro «Muerte en el Pentagonito» se presentó en el 2004 y de ese evento hay solo una pequeña foto.

Foto: La República

Foto: La República

No se distingue bien pero los flamantes presentadores fueron Alfredo Barnechea, Antonio Cisneros, el periodista norteamericano Jhon Dinges y Gustavo Gorriti (y, sí, nosotros también nos dimos cuenta que en el periodismo también hay patriarcado). Bueno la idea era que antes todos eran amiguitos.

En fin, la columna de Uceda se publica todos los martes en La República, si bien desde el Ipys no se pronunciarán, no sabemos lo que puede suceder la próxima semana en ese espacio.

Yo solo vine a leer las columnas.

Yo solo vine a leer las columnas de mis héroes de la niñez.