corrupción , denuncia , noticias , periodismo , politica , sociedad Lunes, 22 agosto 2016

¿Quién es Blanca Rosales y por qué nos preocupa tanto?

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Entre el viernes pasado y hoy, dos columnas de Aldo Mariátegui deben ser revisadas con pinzas. En ambos textos advierte sobre un caso que vale la pena explorar: deja entrever que Blanca Rosales, exjefa de la Oficina General de Comunicación Social de la PCM, tuvo malos manejos con el dinero a su cargo.

Aguanta, ¿Blanca KHÉ?

En su columna del 19 de agosto, Aldo advierte sobre Blanca Rosales, la exmandamás de la OGCS. Ya sabes que estaban en la PCM, pero…

…¿Cuál era su chamba allí?

La OGCS se encarga de delinear las políticas informativas del Poder Ejecutivo y de administrar el presupuesto para publicidad, campañas masivas y estrategias de comunicación a través de los medios del Estado (Agencia Andina, TV Perú y El Peruano). Aunque también se encargaba de coordinar la publicidad estatal que aparecía en otros medios de comunicación porque la mayoría, digamos El Comercio, La República, etc. recibe publicidad estatal.

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Por el caso de sus propiedades algunos la llamaron Magia Blanca. Foto: El Comercio

¿Y qué más se sabe de Rosales?

En el 2015 tuvo que justificar la compra de lujosas propiedades luego de una denuncia de Hildebrandt en sus trece. Ella lo justificó pero dijo que el Estado le daba dos dietas, algo que va contra la Ley de Jerarquía y Remuneraciones de los Altos Funcionarios y Autoridades.

Rosales también fue persona de confianza del presidente Humala y su esposa Nadine Heredia y autorizó la visita de Juan Rivera Idrogo «Chocherín» a Palacio en varias oportunidades. De hecho, fuentes de la OGCS dijeron a El Comercio algunas cosas interesantes sobre ella. Sobre todo que se reunía con Juan Carlos Rivera Idrogo, financista de Humala y socio de Martín Belaunde Lossio.

«Que Rivera Idrogo, (financista de Humala) acudía a la oficina de Rosales porque él era el enlace entre algunos agencias de publicidad y el gobierno.

Que Rosales convocaba a los jefes de comunicación de ministerios y entidades estatales para reunirse con Rivera Idrogo y definir estrategias de imagen de sus oficinas.

Rivera Idrogo habría sido el principal vendedor de la empresa Central Media S.A.C. y, entre sus clientes, tenía al Ministerio de Educación, el Ministerio de Salud y otros organismos del Estado.

Rosales reconoció que Central Media S.A.C. es una de varias empresas de publicidad con las que contrata la Oficina de Comunicación Social del Gobierno».

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No, no es Yao Ming, es ‘Chocherín’. Imagen: Captura

¿Pero cuál es el chongo?

Todo se aclarará cuando veas que Aldo recuerda unas declaraciones de Ángel Ganoza sí, el pelao cabeza de p!#$@ a Hildebrandt en sus trece:

“Iba a la oficina de Blanca Rosales a tratar el tema (nota: conseguir publicidad estatal) y ella me decía que no me podía dar publicidad porque no estábamos afiliados a Ibope. Finalmente, por un tema de afinidad, me daba una pauta pequeña (…) durante 27 años que tiene este Canal (11), el Estado nunca le dio un sol y, sin embargo, este gobierno le ha dado cerca de 4’000,000 de soles en publicidad que los traje yo (…)”.

Después, Aldo se pregunta si Diario 16 y Diario Uno también recibieron publicidad estatal por «afinidad». Aquí ya entramos en el terreno de la acusación vaga, ojo.

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¿Ya te acordaste que cuando no daban Pokemon lo llamabas para decirle pelao cabeza de p!#$@? Imagen: Captura

Comparó la oposición de algunos diarios con la prensa chicha de Fujimori

Pero como no podían pasar dos columnas sin que mencione a sus queridos rojos, esta vez Aldo dijo que a la izquierda ‘siempre le gusta destacar la infame prensa chicha de Fujimori, pero se olvida de que «bajo el humalismo» diarios que atacaron a opositores al régimen nacionalista obtenían publicidad estatal’.

Para esto, volvió a recordar lo que dijo el pelao Ganoza, pero esta vez no en pregunta, sino afirmando. Dijo que Hildebrandt en sus trece, en febrero de 2015, reveló que Fernando Valencia (exdirector de Diario 16), Manuel Robles (mandamás de Diario Uno) y Charlie Castro (subdirector de La República) visitaron muchas veces a Blanca Rosales entre julio del 2013 y octubre del 2014.

Si hasta allí estás en shock por las afirmaciones de Mariátegui, aguanta tus horses que hay más. Ven Aldito, hijito ven. Esto dice Aldo luego:

«Según H-13, al momento de esa nota, Diario 16 y D1 habían recibido poco más de un millón de soles en publicidad estatal (ambos con tirajes inferiores a los 10 mil ejemplares y casi sin publicidad privada), mientras que LR había percibido unos US$7 millones. Tanto D-16 como D-1 se dedicaban casi diariamente a atacar en sus portadas a Alan García, Castañeda y el fujimorismo. Y LR oficialista y antifujimorista… Curioso, ¿no? ¿Por qué Marisa Glave, Ronald Gamarra o mi amigo Gorriti no pitean sobre esto?»

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Imagen: Captura Perú 21

¿Entonces Mariátegui tiene razón?

Nope. De hecho, es muy convenida la afirmación que hace Aldo porque no solo esos diarios recibieron publicidad estatal. Como ya dijimos casi al inicio del post, toooodos los diarios reciben publicidad estatal cof cof Perú 21 también. Es más, es arriesgado dejar entrever que pudieron recibir esa plata para atacar a Castañeda, a Alan y al fujimorismo en sus portadas porque no hay cómo probarlo.

Es más, no solo es arriesgado, sino que es hasta malaleche compararlo con la lacra que fueron los Diarios Chicha. Hay una abismal diferencia porque ninguno de los diarios mencionados han sido sentenciados por decir mentiras. Tampoco se crearon en el régimen, ni se escribieron en el SIN, ni mucho menos un publicista dictaba las portadas como sí sucedió con Alberto Fujimori. Amigo Aldo, date cuenta.

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Esta portada se condice con la verdad: el doctorado de García no existe. Imagen: Captura Diario 16

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Así lucían las infames portadas de «El Chato», diario chicha de Fujimori. Imagen: Twitter

Incluso, es desproporcionado comparar a estos diarios con la prensa amarilla del fujimorismo. En los 90, los diarios que vendieron su línea editorial  al régimen de turno no solo recibían publicidad estatal, sino que le hacían propaganda a Fujimori y difamaban y hostigaban a los opositores a la reelección en sus portadas.

En todo caso, si cabe investigación aquí, la atención debería ser dirigida a Blanca Rosales y a sus vínculos con Chocherín.