discriminación , libertades , sociedad Lunes, 4 julio 2016

¿Por qué es bueno llevar a los niños a marchas como las del Orgullo Gay?

love

Imagen: vía Exitosa

Escribe: Nani Pease

Ante esta discusión -agotadora en este punto- sobre si «tenemos derecho» los padres a llevar a nuestros hijos a la Marcha del Orgullo y «exponerlos» a lo que aparece ahí, les cuento que el sábado la pasamos hermosamente con Valentín en la marcha. Vimos los carros con «princesas», que le mandaron besos y sonrisas y holas. Se tomó una foto emocionado con el power ranger rojo y el azul que, según él «seguro son novios mamá, ojalá, se ven lindos juntos».

Bailamos al ritmo de carros con angelitos, perros ataviados, winnie pooh, desde donde una mujer hermosa que nos sonreía como si fuéramos familia suya nos llamó y diciendo «niñito lindo» le regaló un pito a Valentín para que acompañe su baile. Claro que vimos a las famosas dos chicas en tetas por las que todos se sacan los pelos uno a uno.

Pero Valentín solo me miró riéndose y más tarde nos dijo «creo que es más bonito si protestan con ropa porque esas partes son privadas», y eso nos sirvió para poder hablar del cuerpo y de cómo protestar y de diversidad y de tantas cosas. Y eso es finalmente criar, en realidad, compartir experiencias de las cuales poder hablar juntos. Sostener a un niño en ese viaje, sostener su mente y ayudarla a elaborar, hasta que luego su mente se sostenga sola.

ppk

El presidente electo se pronunció a favor de los derechos LGTBI. Imagen: @ppkamigo

No recuerdo un momento en que nos hayamos «asustado». Quizás solo cuando un pobre tipo empezó a insultar a una mujer trans que iba en un carro alegórico. Pero Valentín estaba tan feliz corriendo, agitando su bandera de colores de papel, saltando y bailando y gritando «no a la homofobia» sonriéndole a todos y dejándose sonreír. En pocas marchas nos hemos sentido tan en casa, tan acogidos y tan cuidados como en la del Orgullo.

No creo que haya experiencia en la vida ni momento de crianza alguna exento de controversias que no haya que dialogar con los hijos. Salir a la calle en Lima supone por ejemplo ver niños en pobreza destructiva y machismo descarado y de eso hay que hablar, minuto a minuto con tus hijos, sostener su mente ayudándola a procesar para que no normalice lo que sabes que está mal y que hay que cambiar, y para que aprecie lo que consideras valioso.

La marcha del Orgullo solo es una experiencia más de ese tipo, en la cual compartes con tus hijos y los acompañas en este viaje. Ojalá el próximo año te animes. Ojalá no escuches al ultra conservadurismo o -los que es peor- a los que se disfrazan de «tolerancia» pero señalan veinte «peros». Yo sigo viendo a mi niño correr y bailar en la marcha soñando con hacer un mundo más justo donde todos tengamos derecho a amar y se que estamos en buen camino. Ojalá caminemos juntos.