deportes Lunes, 20 junio 2016

Ilusión y paños fríos

dan2

Imagen: Perú 21

Escribe: Dan Lerner

Las naciones pequeñas en el mundo del fútbol tienen que luchar contra un fenómeno peligroso: lo voluble de su autoestima. Tienen que cargar en sus delgadas espaldas con la ilusión de aficiones acostumbradas a perder, y que, con el mínimo asomo de éxito o de mejora, tiende a exaltar los logros, a proyectarlos hacia un futuro que no necesariamente será colorido.

Tenemos que tener cuidado los peruanos a la hora de asumir esta Copa América. Debemos, en primer lugar, sacar de nuestras cabezas la ridícula idea de que ante Brasil jugamos bien y merecimos ganar. Estuvimos raspando la decencia. Nada más. En el primer tiempo, fuimos el Perú de Chemo: desordenado, perdido, torpe, sin alma, sin capacidad técnica. Brasil nos aplastó. En el segundo, los de Dunga empeoraron en cierta medida porque nosotros mejoramos, pero lo que también tiene que quedar claro es que el único remate que hicimos acabó en gol… y fue con la mano.

Olvidémonos de Brasil, de la mano de Ruidíaz, del resultado histórico. Está claro que la selección pide a gritos alegrías, y eliminar al más grande del mundo es una de ellas, pero, una vez pasada la ola, habrá que volver a la orilla con calma. Algo que será sin dudas difícil teniendo en cuenta que ayer sí hicimos un partido a la altura de la ocasión y que ya hay demasiadas voces que hablan de que tenemos equipo para el futuro, de que no tienen que volver ni Farfán ni Carrillo ni Zambrano y tonterías de esa índole.

dan1

Imagen: vía Correo 

¿Tenemos equipo para el futuro? Aún no. Lo que tenemos –y esto gracias a Gareca, sobre todo- son algunas nuevas alternativas que pueden ayudar en las eliminatorias. Nada más que eso: alternativas. Jugadores que tendrán que confirmar su buen estado de forma en la Copa, y si es posible salir del mediocre campeonato nacional para mejorar. Si es que eso sucede, y Gareca consigue generar química entre estos futbolistas y los de mayor cartel, podremos hablar de un futuro promisorio. Lo demás es más de lo mismo: más Jotitas, más miniseries, más leyendas.

Lo ideal sería que consiguiéramos mantener al actual técnico para el próximo proceso de clasificación al mundial. En este estamos ya muy relegados y, a pesar de que falta mucho, será difícil reducir el margen que nos separa de los seis primeros. Pero si conseguimos pensar en el 2022 y no en Rusia, y lo hacemos desde ya, con este seleccionador que ha demostrado ser largamente capaz, podríamos estar hablando de otra cosa. Está en las manos de Oviedo y del propio Gareca. Todo lo demás sería repetir lo que se ha hecho en estos últimos años: cortar procesos, quemar entrenadores y asesinar la ilusión de un país.