feis , fotos Lunes, 6 junio 2016

Crónica del voto que peleé con los dientes (en un vergonzoso entorno adverso)

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Elecciones en las que un voto era importantísimo. Foto: laprensa.peru.com

Escribe: Pedro José Llosa Vélez

4pm. Empieza el conteo en el C.E. Alcidez Vigo de Surco. Todo bien hasta que aparece un voto dudoso para PPK con doble marca: cruz y aspa. El personero fujimorista es un lider religioso y un pitbull en su batalla: la presidenta de mesa duda y el tipo hace todo por convencerla. No hay ningún documento donde diga que se acepta cruz y aspa y usa eso de argumento. Me gana la salida y la presidenta accede a anularlo después de haberlo querido aprobar. Termina el conteo y siento que no debí dejar que anulen ese voto. Pido que se revise ese voto con el argumento de que no está en el grupo de razones para viciarlo: es, por otro lado, similar a cédulas con marcas de aspas de muchas líneas que sí aprobamos para ambas partes.

Pido preguntar a la ONPE. Vienen dos, uno después del otro, y ambos dicen que es potestad de la presidenta de mesa. Luego viene la cabeza del JNE y se le explica el caso. Dice que deberíamos aprobarlo y luego pregunta sin desparpajo: ¿de qué candidato es? Y cuando le dicen que de PPK dice que ya no sabe qué hacer. Peleo con ella por su parcialidad, le digo que lo que está haciendo es inaceptable, trato de hacérselo ver a la presidenta de mesa y sigo con el pitbul encima que argumenta como gran fujimorista: ese tema ya fue. Nada fue hasta que no se llene el acta. Digo que la presidenta decida, como dice la ONPE. La chica tiene un rapto de lucidez y dice «yo decido y lo doy como válido». El pitbull se aloca y pide impugnar pero lo hace justo después de que se llena el acta con los números finales. Aparece otra de la ONPE y dice que no lo van a valer, lo dice cuando sabe que es para PPK. Le pido que sea consistente con lo que han dicho sus colegas de la ONPE, que lo deje en manos de la presidenta. Tras media hora más de bronca al final queda como observación y no impugnación.

Son las seis de la tarde, hemos dejado medio hígado en la cancha, pero hemos logrado un voto más, uno que quizá sea muy valioso, o quizá apenas una victoria pírrica. He visto una muestra más de lo chicha que pueden ser las instituciones en nuestro país y la importancia que tiene la chamba del personero, donde evidentemente los fujimoristas han ganado al tener gente en todo el Perú. Pienso en lo insignificante que es un voto pero igual me siento de maravilla al subir a mi caballo, perdón, a mi carro. Pienso en lo que hemos vivido los últimos días de esta semana y me embarga cierta esperanza, cierta emoción de que medio país se haya unido para que el lodo no nos sea inexorable.
Qué viva el Perú, amigos queridos.