metaperiodismo Lunes, 7 septiembre 2015

Aldo Mariátegui se despide (a su manera) de Raúl Wiener

Debatiendo sobre Mariátegui. Foto: El Comercio.

Debatiendo sobre Mariátegui. Foto: El Comercio.

Ha habido muchas despedidas al periodista Raúl Wiener, casi todas desde el mismo lado de la trinchera. Por eso, esta columna de Aldo Mariátegui en Perú.21 ha sido la más sorprendente. Un extracto:

Lamento la muerte de Raúl Wiener, que era por lejos el mejor columnista de la izquierda. Escribía muy bien, le metía pasión y era un potente adversario. También era un tipo leído, por lo que respetuosamente sugerí su nombre cuando me pidieron a un rojo para debatir sobre mi abuelo en Somos. A mí me dedicó un gran porcentaje de sus columnas y hasta malévolamente me apodó “Aldo M”. Yo también le contestaba sin anestesia y a los dos se nos pasó la pluma más de una vez. Incluso guardo con afecto varias de esas “cariñosas” columnas suyas.

Explica por qué tituló a su columna «Adiós, hombre de Viena» y cuenta que se arrepiente de haber fichado a Rolando Breña para Correo. No es que Breña escribiera mal, dice, pero…

…este perspicaz observador judío, cuyo cosmopolita apellido significa “vienés”, tenía más olfato estratégico, era más peleón y tocaba más temas actuales. Su partida deja al gremio aún más intelectualmente pobre. Y fue tan corajudo por años contra su cáncer.

Tampoco, como típico peruano cuando alguien se muere, lo voy a poner en un pedestal: era maloso, burro para la economía, muy ligero para acusar y tan sesgado como yo. Pero juro que sí voy a extrañar a esta intensa luz que se apagó y que leía con masoquista fruición cada mañana.

Pueden ver aquí un extracto del ahora célebre debate entre Wiener y Aldo, en Somos, sobre José Carlos Mariátegui. El Comercio lo reseñó así:

Como idea central el mariateguismo ya no es vigente”, señala Aldo (su nieto) en una entrevista con Somos. Mientras que para Wiener, la herencia del autor de «7 Ensayos de interpretación de la realidad peruana» tiene que ver justamente, “con la manera cómo entendemos el país”.

Los hombres de prensa repasan también las creencias comunistas del Amauta, y aquello que lo volvió un mito entre los sectores de la izquierda nacional. “Cada quien reclama la continuidad de Mariátegui, hasta Sendero Luminoso, pero él es mucho más como el arte y el amor”, sostiene Wiener, quien agrega que esto se debe a que el pensador es un insumo fundamental del socialismo.  

Ahora entienden por qué Wiener no quería decirle Mariátegui a Aldo y abrevió así su apellido. Pero, como dice el mismo Aldo, Wiener fue una luz que se apagó. Condolencias para sus amigos y familia.