discriminación , libertades , noticias , politica Martes, 9 junio 2015

Por estas razones la Unión Solidaria que acaba de aprobar la Comisión de Justicia es un mamarracho legal

Pese a no tener la aceptación de quienes apoyaban la Unión Civil ¡Ya! (UCY) el proyecto de Ley de Unión Solidaria (US), presentado por la democrática parlamentaria Martha Chávez en la Comisión de Justicia y Derechos Humanos del Congreso fue APROBADO con CUATRO de CINCO votos.

Y sí, esta es una mala noticia.

Atrévetetete Foto: Internet.

Unión Civil sí, Unión Solidaria no (fue, es y seguirá siendo la arenga)
Foto: Internet.

Los legisladores que votaron a favor fueron: Juan Carlos Eguren del PPC, Martín Rivas y Rubén Condori de Gana Perú, y la inefable Martha Chávez de Fuerza Popular. Verónika Mendoza de Acción Popular-Frente Amplio, fue la única que votó en contra.

Vamos por partes, ¿por qué es una mala noticia?. Este proyecto, primero: no debió ser aceptado como un aliciente al rechazo de la UCY y segundo: No debía ser aceptado por todos los vacíos legales que presenta.

Vacío legal (¿descripción gráfica?)
Foto: Internet.

La periodista y abogada, Rosa María Palacios, en marzo de este año había dado su opinión sobre el tema en su columna de Exitosa, cuando se cometió un atentado contra los derechos de las minorías archivó el proyecto de Unión Civil No Matrimonial entre parejas del mismo sexo:

«La unión solidaria es un contrato. Por tanto se aplican las reglas del Libro de Obligaciones o del Libro de Contratos del Código Civil. La unión civil no es un con­trato. Crea un vínculo de parentesco y por tanto se le aplican las reglas del Libro de Familia del Código Civil. La diferencia es grande, aunque no lo parezca.»

Por ejemplo para que lo entiendas como con tu Coquito las causales del divorcio, la obligación pensionaria, etcétera, están contempladas en el Libro de Familia a la que Palacios hace referencia. Y eso no es contemplado en la US.

Bueno, en el caso de pensión vas a tener que esperar años de años para acceder a ese derecho. Así lo explicó Bruno Fernández de Córdova para Sin Etiquetas:

«Aun cuando la Sociedad Solidaria esté constituida e inscrita en registros se deberá esperar dos años desde su inscripción para acceder a derechos sucesorios y cinco años para una pensión. Si la pareja fallece antes de estos plazos, a pesar de haber realizado todo el trámite legal, no accederá a estos derechos.»

 

Somos un montón. Foto: Diario 16.

No son pocos.
Foto: Diario 16.

Además, la US altera la sucesión legítima. O sea, como lo explicó la periodista:

«…se altera una institución básica del derecho de sucesiones: la legítima. Es decir, personas que no son herederos forzosos o que siéndolo, no lo son ex­clusivamente, heredan un patrimonio ajeno por un contrato. Esto afecta dere­chos de terceros que sí tienen vínculos de parentesco consanguíneo sin que medie la creación de un nuevo paren­tesco como sí sucede en la unión civil.»

Aquí lo explica con manzanitas:

A todo esto se le agrega lo que publicó Sin Etiquetas, sobre los vacíos legales del proyecto de Ley de Martha Chávez.

«Es una mala ley. Fuera de toda consideración sobre la materia que regula, el proyecto de Martha Chávez es pésimo, vago, impreciso. Señala, por ejemplo, que la Unión Solidaria puede disolverse por “razones imputables exclusivamente a uno de sus integrantes” y para ello el que se considere agraviado debe acudir a un juez para solicitar la disolución, pero no se señala cuáles son estas razones ¿violencia, infidelidad?, tampoco ante qué juez se tramitaría la demanda para solicitar la disolución de la sociedad ¿civil, comercial, de FAMILIA? Sabrá Dios.»

En Chile el proceso fue mucho más sencillo, trasladaron los deberes y obligaciones de la «Unión de Hecho» -que se aplica a parejas heterosexuales que conviven- para las parejas conformadas por el mismo sexo.

Aquí, el proyecto de nuestra adorada Martha Chávez no dedica ni una sola línea a las parejas conformadas por el mismo sexo. Niega su existencia ¿En serio creen que la comunidad LGTB va a desaparecer si siguen negándoles derechos?

Nos quedamos con esta última reflexión que hace Rosa María Palacios:

¿Tan complicado es reconocer las rela­ciones homosexuales en una ley?