Pero la fascinación con Gutiérrez no termina ahí. Su libro Teología de la Liberación ha causado y su personalidad han causado tanta impresión que algunas webs católicas como Religion News Service lo nombran como el Yoda del catolicismo, por su estatura y por la sabiduría en el trabajo que ejerce.
«Gutiérrez es en cierto sentido el Yoda del catolicismo: un pequeño pero sabio que ha conocido desaprobaciones y el exilio. Y que ahora es capaz de ver el trabajo de su vida reivindicado. Tal vez hasta el punto de que su enseñanza en los pobres es parte de la arquitectura de la iglesia y no una amenaza para su fundación.»
Si Gutiérrez es el Yoda, ¿Cipriani es Darth Sidious?

Nos preguntamos, ¿si el padre Gutiérrez es el Yoda del catolicismo, el cardenal Juan Luis Cipriani es Darth Sidious?
El padre Gustavo Gutiérrez también dará una ponencia sobre la “Iglesia pobre para los pobres”, una expresión usada por el papa Francisco durante el inicio de su pontificado. El medio ABC de España, ya contó que durante las conferencias de prensa la estrella era de lejos Gutiérrez.
«Pero la “estrella” de la conferencia de prensa en el Vaticano fue el dominico peruano de 86 años Gustavo Gutiérrez, quien presentará a los 300 delegados de la Asamblea una ponencia sobre la expresión “Iglesia pobre para los pobres”, utilizada por el Papa Francisco en los primeros días del pontificado.»
Sí, todos los medios están hablando del padre Gustavo Gutiérrez, incluso El Comercio lo entrevistó hace poco desde Roma, con lo que se puede decir que por fin ha sido reivindicado luego de tantos años de aislamiento. Esta es la parte en la que hablan de la Teología de la Liberación:
¿Cómo ha influido la teología de la liberación en los sucesivos gobiernos latinoamericanos?
La teología de la liberación nace después del Concilio Vaticano II. Surgió como una perspectiva desde América Latina con el tema siempre presente de los pobres. En los primeros años no hubo problemas, existía el clima conciliar. Pero rápidamente llegaron dictaduras muy fuertes en Uruguay y Chile. Ya las había en Brasil, Paraguay o República Dominicana. Aquellas personas no estaban acostumbradas a la presencia de las ciencias sociales en el trabajo teológico. Entonces llegaron las denuncias sobre el marxismo. Hacía falta tener un poco más de cultura para comprender que no había tal cosa.
—¿No tenía nada que ver con el marxismo?
No, lo que sí había era el uso de la teoría de la dependencia, muy presente en esos años. Pero, sobre todo, había una crítica a la situación de América Latina. Eso es lo que no gustaba. Las personas de la Iglesia viven en este mundo, por eso se preocuparon. Los años 80 fueron los más difíciles, aunque nunca hubo una condena de la teología de la liberación.
El único que no se ha manifestado hasta ahorita, es más no ha dicho ni una palabra, es Cipriani. Al parecer, aún no lo procesa.