gastronomía , Lima , noticias , politica , sociedad Lunes, 16 marzo 2015

¿Por qué Mistura vendió su alma a Castañeda (y avaló el atropello a la cultura)?

Diego Pereira

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¿Cómo es que llegamos a esta foto?

Bernardo Roca Rey, presidente de APEGA, degustando un rico helado de maracumango con el alcalde Luis Castañeda. Foto: agendapais

Bernardo Roca Rey, presidente de APEGA, degustando un rico helado de maracumango con el alcalde Luis Castañeda. Foto: agendapais

La Municipalidad de Lima ha hecho felices a todos los oportunistas empresarios patriotas organizadores de la Feria Mistura 2015 al permitir su apoteósico regreso al Parque de la Exposición. ¡Castañeda salvando la cultura (y cerrando el Museo de Arte de Lima en el proceso)!

Lee:

El 2014 se vaticinó el fin de Mistura

¿Y ahora a dónde iremos a comer rico, poco y caro? Foto: EFE

¿Y ahora a dónde iremos a comer rico, poco y caro? Foto: EFE

Y el apocalíptico anuncio llegó un 9 de agosto del año pasado cuando el presidente de la Asociación Peruana de Gastronomía (APEGA), Bernardo Roca Reysentenció al festival de hacer cola pa comer gastronomía más grande del país:

Yo ya no puedo hacer nada, pagaremos las consecuencias. Lo más probable es que esta vez hagamos (la feria Mistura), ya no con 500 mil asistentes, sino con 100 mil. El próximo año no se podrá hacer porque habremos quebrado.

Snif, snif. Pero ¿por qué tanta tragedia? Bueno, la gestión de Susana Villarán ya había optado por cambiarle el local al festival engreído de los peruanos que extrañan hacer cola para comer, como en los ochentas. En el 2013, la tía de la chalina había reubicado Mistura en la Costa Verde (en Magdalena).

Esto significó no solamente que iba a hacer frío, los accesos eran difíciles e incluso se iba a ver desolado. Sino que justo al año pasado, EMAPE cerró un tramo de la pista en Magdalena para evitar la congestión de vehículos en Miraflores y San Isidro (donde se ejecutaban las obras). Entonces APEGA pateó el tablero y dijo que así no se podía hacer patria y que el futuro de nuestro país pendía de un hilo.

La presión logró que la cosa se solucione a medias: la gestión facilitó los accesos, pero la gente de APEGA se quedó saboreando el golpe.

 

Por eso deben estar felices con este anuncio

Oh yes, sir. Fuente: El Comercio

Oh yes, sir. Fuente: El Comercio

La foto que abre esta nota –con Roca Rey y Castañeda comiendo maracumango– justamente fue tomada el día en el que ambos, en conferencia de prensa desde el Parque de la Reserva (más conocido como el de las «aguas»), anunciaron que Mistura volvía con fuerza a meterle más tráfico al centro.

Claro, esa fue la razón por la que salieron de ahí en primer lugar. Eso y el hecho de que realmente no existe un lugar en Lima que tenga todos los requisitos para llevar a cabo una feria de estas magnitudes. Lima crece sin espacios públicos pensados para albergar a la cantidad de gente que hay en ella.

 

Y ese es solo uno de los problemas

Como seguro ya te aburriste de leerme, dejaré que Augusto Alvarez Rodrich te cuente un poco sobre la situación:

El Parque de la Exposición constituye un lindo espacio para Mistura pero hay un gran ‘pero’ que ya se había anotado antes: el tremendo perjuicio que le genera al Museo de Arte de Lima (MALI), otra entidad que, como la gastronomía, es fundamental para la cultura de la capital.

Mistura dura diez días –este año, entre el 4 y 13 de setiembre– pero, evidentemente, un evento de esta naturaleza no se monta ni desmonta por arte de magia ni demora lo que tarda hacer un buen cebiche.

Último minuto, amigos. Resulta que la cultura no consiste solo en gastronomía. O sea, uno podría pensarlo sobre todo si se topa con cifras como esta:

Manya, es un huevo, ¿no? Fuente: El Comercio

Manya, es un huevo, ¿no? Fuente: El Comercio

Pero cuando revisas el cuadro, elaborado por quienes hicieron esta nota (que apareció coincidentemente el día de la alianza Apega – Municipalidad), te darás cuenta que el 10% del ingreso de un turista es lo que menos interesa en sus gastos:

Encima está resaltado cuando claramente las actividades de la izquierda son más lucrativas. Fuente: El Comercio

Fuente: El Comercio

No solo cuando sumas todos los porcentajes de la parte de arriba llegas a la absurda cifra de 118% (WTF), sino que al menos el 103% del total (nuevamente, WTF) son actividades que, si las pensamos en Lima, podrían gratamente ocurrir en el centro de la ciudad.

 

¿De verdad Mistura sufrió por el cambio de local?

Cuando vemos las proyecciones de ganancia de la feria gastronómica podemos ver que en realidad cuando se mudaron no les fue tan mal.

En el 2013, cuando los movieron a la Costa Verde, la gente de APEGA declaró que tuvieron un incremento de 7% respecto al año pasado en venta de entradas. La cifra exacta: 387.000 mil entradas. Y aquí viene lo interesante: en el 2012, cuando ocurrió en el Campo de Marte, no dijeron cuántas entradas se vendieron pero sí afirmaron que tuvieron más de medio millón de visitas.

¿El 2013 fue menos gente? No, APEGA aclaró las cifras así: sumando las visitas de invitados, trabajadores y personas acreditadas se alcanza la cifra de medio millón de visitas.

En resumen: cuando los mudaron a la Costa Verde, Mistura tuvo un incremento de visitas.

Parecer que la Costa Verde no era el problema, entonces.

Mientras tanto, para el 2014 se proyectaron ganancias por 14 millones de dólares. Pero luego APEGA sintió el ¿golpe? Así contaba RPP:

Al margen de los asistentes en la jornada inaugural (con invitación), las entradas de cortesía para empresas e instituciones y el acceso de participantes y proveedores, el número de entradas vendidas fue de 321,000, inferior al año pasado 15 por ciento, reducción que Apega relaciona con las dificultades en el tránsito por las obras en la Costa Verde.

Sí, son más de 60 mil entradas de diferencia con el año pasado, un bajón que APEGA atribuyó a las obras en la Costa Verde que te hemos comentado (ojo: esta vez no cuentan el número de asistentes, sino de ventas). No obstante, suena a que es bastante rentable tenerlo en Magdalena. Este año ya no hay obras ahí, ¿no? Y en su primer año en ese lugar subieron sus ventas.

¿O quizás sea más una cuestión de que la gente se aburrió un poco? ¿será que ya mucha vaina hacer cola para comer? ¿será un tema de precios? Esta última pregunta la absuelve el crítico gastronómico Ignacio Medina quien escribió así en su columna para la revista Somos en el 2013:

Me gusta Mistura, aunque muestre cosas que no me agradan. La principal es su magnitud. Cuanto mayor es la feria, más elevados son los costes, más crecen los cánones impuestos a los participantes y mayores son los precios de venta de productos y comidas. Es uno de los motivos que la convierten en una experiencia cara, muy cara, para la inmensa mayoría de los limeños –el gusto básico para una familia de cuatro personas es de 200 soles, un cuarto del salario base mensual- y reservan la asistencia a las nuevas clases medias de la capital.

Ajá. Lo cierto es que volver al Parque de la Exposición no se justifica, sobre todo si tenemos en cuenta lo siguiente:

 

El museo también es cultura

Natalia Majluf les recuerda a los limeños que en el parque también hay un museo. Foto: Diario16

Natalia Majluf les recuerda a los limeños que en el parque también hay un museo. Foto: Diario16

Por eso la directora del MALI, Natalia Majluf, dio estas declaraciones a Perú21:

Primero, debo decir que Mistura, como evento, me parece fantástico y ha hecho mucho por el país, pero su realización no debe hacerse a costa de una institución fundamental para la cultura del país como el MALI. Que Mistura se haga, pero no en el Parque de la Exposición

Y es que Mistura no solo dura 10 días, la instalación y desinstalación de todo lo necesario para que se lleve acabo nos dejará un saldo de -en el mejor de los casos- tres meses sin museo.

Y aquí volvemos a Álvarez Rodrich:

Pero a Castañeda es probable que todo esto le interese menos que un pepino, como va quedando evidenciado por sus acciones y omisiones en el campo de la cultura en lo que va de su mandato, incluyendo la destrucción de los murales del Cercado para reemplazarlos por solidarios muros amarillos, o para quien la cultura significa que el final del recorrido por el Circuito Mágico del Agua termine con la súbita irrupción, entre las aguas, de frases de esos dos grandes peruanos que son Jorge Basadre y, claro, Luis Castañeda.

Por eso es importante saber con quién nos estamos sentando a comer (o, en este caso, al lado de quién hacemos cola para comer). APEGA parece estar interesado en defender solamente un tipo de cultura: la que se come.

Diego Pereira

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