Esto es lo que tienes que saber sobre el nuevo presidente de la CONFIEP

Es oficial, la institución favorita de nuestro presidente Ollanta Humala, la Confederación Nacional de Instituciones Empresariales Privadas (CONFIEP), tiene un nuevo rostro cuyo nombre parece inventado por alguien que necesitaba decir un nombre rápidamente: Martín Pérez.

¿Quién es el amigo?

Martín, el nuevo presi de la CONFIEP (Foto: Perú21)

Gestión nos hizo el favor de sacar toda su biografía, pero como realmente no interesa mucho que esté casado y tenga cuatro hijos, vamos a ver un dato curioso: Martín es el responsable del relanzamiento de Minka.

Este dato hizo que desempolvemos un poco el archivo de este útero dado que Martín fue elegido congresista por Unidad Nacional en el Callao, con toda la influencia del Grupo Romero encima. Justo en la misma época en la que era gerente de Minka (que es del grupo Romero).

Además, mientras era congresista, también estuvo involucrado en el escándalo del legislador solidario Walter Menchola quien contrató a una practicante, Karen Kú, por exhorbitantes sueldos (pues habrían tenido una relación). Martín también la tuvo en planilla

Aquí otros milagritos de Martín:

• Fue ministro de Comercio Exterior y Turismo en la época de Alan García

• Se encargó de reformar CPN Radio, comprándola con su suegro (Bertl) para la campaña contra Humala en el 2006 para luego venderla a RPP.

• También nos enteramos que compartía asesora con Alex Kouri y Salvador Heresi.

• Formó parte de la «Comisión de la Verdad» paralela que formó el almirante fujimorista Luis Giampietri dado que no estaba de acuerdo con los resultados de la CVR.

Y ahora Martín ha logrado consenso entre los gremios que integran la CONFIEP. Según Gestión, 20 de los 25 votos posibles le fueron asegurados. Curiosamente, fue hace solo unas semanas que fue elegido presidente de la Asociación de Empresas Prestadoras de Salud, cargo que le permitió ser candidato.

Martín logra lo que se propone en tiempo récord.

¿Cómo te afecta?

Spoiler alert: no es solo porque es LA CONFIEP. Foto: RPP

Bueno, Martín asume este 24 de febrero y lo primero que va a hacer es continuar con el proyecto del cambio de estatuto que le generó problemas al saliente Alfonso García Miró.

Para mayores luces sobre este tema, la columna del economista David Rivera publicada ayer en La República es la nota que debes leer:

Tras la salida de Ricardo Briceño de la presidencia de la Confiep, los tres años que Alfonso García Miró lideró la institución han sido de los más controversiales de la historia reciente. Es cierto, no han sido tiempos fáciles para un gremio acostumbrado a que su palabra sea ley, pero digamos que no estuvo a la altura de las circunstancias. Habría que reconocerle la iniciativa de una reforma para fortalecer a una organización a la que la palabra institución le queda grande.

Este es el principal reto que Martín Pérez, su flamante presidente, tiene que abordar. Cualquier objetivo que pretenda alcanzar, pasa porque la Confiep se convierta en una institución respetada, con la que se pueda discrepar, pero que comprende la necesidad de evolucionar y termina de aprender a comportarse en democracia.

El punto esencial de Rivera es que la CONFIEP tiene que entender que, como cantaba Bob Dylan, los tiempos están cambiando y que si no nadan se van a hundir como una piedra:

Los tiempos han cambiado, en el Perú y en el mundo, mientras que la Confiep parece estancada en el tiempo. Quieren pertenecer al primer mundo (OECD), pero intentaron oponerse a la responsabilidad empresarial en casos de corrupción. Quieren liberalismo y se dicen demócratas, pero desean mano dura y firmeza ahí donde se necesita diálogo. Quieren estabilidad para las inversiones, y lo que han logrado es alimentar la incertidumbre. (…)

Está claro, hay variables con las que no se puede transar, como la corrupción o la violación de derechos humanos, aunque haya que comprenderlas como procesos para que no se repitan. En lo estrictamente económico, que ha sido el espacio de acción de la Confiep, la construcción de un futuro diferente para los empresarios y para el país, pasa por un auténtico ejercicio de tolerancia, de comprensión de las dinámicas locales y globales. Pasa por no creerse dueños de la verdad. Por comprender los nuevos tiempos, mirar con auténtica apertura lo que sucede en el mundo y aportar desde una visión de país. Pasa por una dosis de humildad.

Ese es el reto, más claro imposible. Ojalá que Martín lea lo que Rivera le dice y, más importante aún, ojalá que Humala también lo lea.